martes, 16 de enero de 2018

VARIADO, BUENO Y BARATO....RECORRÉ LAS FERIAS CON EL CHANGUITO....UN PASEO


Vida de feria: el trabajo invisible de los más de 200 puesteros itinerantes
La extensa jornada laboral suele empezar a la madrugada para conseguir los alimentos; hay 27 mercados que recorren las 15 comunas de la ciudad
Es cerca de la 1 de la madrugada y suena el despertador en la casa de Carmen Canchaya. Tiene que salir pronto desde el barrio porteño de La Paternal si quiere llegar a tiempo, bien temprano, al Mercado Central, en La Matanza. Allá conseguirá las frutas y verduras frescas que venderá más tarde en su puesto.
"Hay que trabajar mucho", dice la mujer, de 60 años, mientras acomoda la mercadería. Faltan unos minutos para las 7, y acaba de posicionar su tráiler en el lugar que le corresponde cada miércoles, a un costado de la Plaza Irlanda, en Caballito. Apenas levanta la mirada para dialogar, no hay tiempo que perder. A las 8 empieza la venta al público y tiene que organizar el puesto, ubicado en uno de los extremos de la feria. Primero, los estantes de metal. Luego, y con la ayuda de su hijo y otras dos personas, Carmen descarga el camión y controla las frutas y verduras. "Uh... me cobró dos docenas de rabanitos y solo me dio una", dice en voz alta, como para memorizar el reclamo que deberá hacer. Ahora agarra la bolsa que contiene las papas y las distribuye en el mostrador, no sin antes revisar cómo están.
Carmen es una de los más de 200 puesteros que son parte de las 27 Ferias Itinerantes de Abastecimiento Barrial (FIAB) que recorren las 15 comunas de la ciudad. Abren de martes a sábado, de 8 a 14. Los domingos son jornadas de trabajo opcionales para los puesteros. En el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño estiman que, según el día de la semana y la época del año, a diario acuden a cada una de ellas entre 250 y 1000 clientes.
El reloj marca las 8 y ya hay tres personas dispuestas a comprar en el puesto de Carmen. Mientras ella termina de acomodar los carteles que exhiben los precios de la mercadería, se ocupa de sus clientes, muchos de ellos firmes ahí cada semana: "Sacale la cuenta que yo sigo", le dice a uno de sus empleados. Acto seguido, señala una fruta y le dice a una mujer: "Ya está para comer". El trabajo es incesante, casi automático, y así se mantiene la mayor parte de la jornada. Y aunque Canchaya lleva 12 años como feriante, hace poco que incursionó vendiendo frutas y verduras. "Me gusta", dice, mientras sus inquietas manos no dejan de despachar.
A las 14 finaliza la venta al público, pero el día laboral aún no termina para los feriantes. Es hora de "levantar" el puesto y poner en orden el espacio, algo que lleva largos minutos. Una vez en su casa, Carmen controla la mercadería que queda. Recién a las 17, dice, puede almorzar. Ya está acostumbrada. Esta rutina la repite casi toda la semana.
Si bien el horario de atención al público de las FIAB es de 8 a 14 -salvo excepciones- el trabajo para su puesta en marcha requiere una vasta preparación previa y posterior. Fidel Cuba y sus compañeros en el puesto de fiambres, colegas de Carmen en la FIAB N° 5, se ven por primera vez en el día a las 4 de la mañana. Se juntan en La Matanza para buscar los productos que tienen guardados en sus respectivas cámaras frigoríficas. Como dependen del tránsito, y para evitar llegar tarde, salen con anticipación hacia Capital. El lugar de trabajo varía según el día de la semana. La idea es estacionar el tráiler -acarreado por otro vehículo- poco antes de las 7 para dejarlo listo a tiempo.
Los feriantes coinciden en que a veces se dificulta porque hay automovilistas que no respetan los carteles que indican que, entre las 7 y las 15 de determinado día, el espacio está reservado para la FIAB.
"Somos un grupo muy organizado. Cada uno sabe qué hacer", destaca Cuba, encargado del puesto. Una de las mujeres que trabaja con él se ocupa de fraccionar el queso cremoso; un hombre hace lo mismo con los quesos más duros; alguien acomoda los estantes y el expendedor de números. Un día de semana "normal" llegan a atender a unas 300 personas. "Hay clientes que nos persiguen. Van al barrio donde nos toca estar", dice Cuba, entre risas.
Claudia Antúnez es vecina de Caballito y espera ansiosa la llegada del mercado itinerante. En su caso, tiene la oportunidad dos veces a la semana: miércoles y domingo, aunque le gusta más el paseo del fin de semana en el que aprovecha a hacer las compras junto a su perro. "Los precios son mejores en la feria. Por lo menos en la fiambrería se nota la diferencia", dice.
Desde su tráiler de productos de granja ubicado en el barrio de Belgrano, Marcelo Strangis cuenta que adoptó este trabajo "por una cuestión familiar". Cuando era chico acompañaba a su padre, José, en su puesto de Pompeya y tuvo su primer carro de venta de fiambres cuando cumplió los 18: "Con la experiencia aprendí que es una tarea laboriosa. Arranco a las 4 de la mañana y llego a casa a las 16, momento en el que ya puedo disfrutar de la familia".
Una variedad de productos básicos, con precios concertados
Las ferias itinerantes tienen el fin de abastecer a los barrios con una oferta más accesible
El "tren", como llaman los comerciantes a cada una de las Ferias Itinerantes de Abastecimiento Barrial (FIAB) -compuestas en promedio por nueve puestos-, se mueve cada día, de comuna en comuna. El cronograma está estipulado y es fijo, por lo que cada "formación" -y también los asiduos clientes- sabe en qué punto de la ciudad le toca abrir en cada jornada de la semana.
El objetivo de este tipo de mercados es el abastecimiento de productos de la canasta familiar, con importes concertados. Cada 15 días, puesteros y referentes del gobierno se reúnen para acordar los precios con el fin de emparejar los valores y que sean más accesibles que otros comercios. En la actualidad hay 66 productos concertados, cuatro de ellos para celíacos. Los puesteros deben respetar los precios y los usuarios pueden chequearlos en la web
www.buenosaires.gob.ar/espaciopublico/mantenimiento/feriasymercados/precios-acordados.
Además, la aplicación BA Ferias -disponible en www.buenosaires.gob.ar/ferias-y-mercados/aplicacion-ba-ferias- puede descargarse gratis en celulares con sistema Android para tener presente no solo el listado actualizado de productos y sus precios acordados, sino también las ubicaciones y los horarios de cada feria itinerante y así poder ubicar la más cercana. Esta información también está disponible en la dirección www.buenosaires.gob.ar/ambienteyespaciopublico/espacio-publico/ferias/ferias-itinerantes-de-abastecimiento-barrial/ubicaciones.
Por el mes de diciembre, y como prueba piloto, seis de las ferias atendieron al público en horario vespertino, de 15 a 20, con el fin de que los vecinos tuvieran la oportunidad de comprar en otro horario. El horario clásico es de 8 a 14.
Las ferias itinerantes operan desde 1990. En 2010, la Legislatura de la Ciudad aprobó la Declaración de Beneplácito de la Ciudad de Buenos Aires para las Ferias Itinerantes de Abastecimiento Barrial, por lo que se promulgó en 2014 la ley 5122 que las regula.
Las ferias contemplan el expendio de productos frutihortícolas, carnes vacunas y sus derivados, carnes porcinas, ovinas y achuras, productos de granja, pescados y mariscos, lácteos, fiambrería, pastas frescas y embutidos, almacén, aceites y bebidas no alcohólicas. También se pueden comercializar productos naturales -naturistas, dietéticos, orgánicos, envasados o a granel-, panadería y confitería, especias, cereales, legumbres, encurtidos y hierbas para infusiones, artículos de limpieza y bazar, plantas naturales y artificiales, productos y alimentos para mascotas.
Los viernes, en Bartolomé Mitre y Reconquista, funciona de 10 a 17 una feria que vende únicamente productos orgánicos. Los sábados también se puede encontrar, de forma intercalada, entre el Parque Rivadavia, en Caballito, y la Plaza Sobral, en Palermo. Eso sí: se suspende por lluvia

Requisitos
Cada feriante cuenta con un permiso de uso gratuito e intransferible que se renueva de forma anual. Aunque los carros son de propiedad de los vendedores, todos ellos siguen determinadas especificaciones estéticas para darle un carácter uniforme al paseo de compras. Desde el punto de vista técnico cada carrito debe contar obligatoriamente con equipos de frío, grupos electrógenos y vitrinas para los alimentos perecederos de pescadería, carnes, granja, panadería, lácteos y fiambres.
"Cada vez más vecinos esperan la feria de su barrio porque generan una relación de confianza con los feriantes, y les permiten comprar productos con buenos precios, alta calidad y gran variedad", dijo el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Eduardo Macchiavelli.
Un mercado en movimiento
Cuándo
Las Ferias Itinerantes de Abastecimiento Barrial (FIAB) funcionan de martes a sábado, de 8 a 14
Dónde
La ubicación se atiene a un cronograma fijo que puede consultarse en http://www.buenosaires.gob.ar/ambienteyespaciopublico/espacio-publico/ferias/ferias-itinerantes-de-abastecimiento-barrial/ubicaciones
Cuántas
Son 27 las ferias itinerantes que recorren la ciudad, cada una con un promedio de nueve puestos

V. M.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.