martes, 15 de agosto de 2017

¡¡HOY ABRE LA SALA LUGONES.!!..AGENDA COMPLETA


El templo de la cinefilia porteña se reinventa en la era del streaming
Cerrada por reformas desde 2013, reabrirá sus puertas hoy con la misión de cultivar nuevos públicos, preservar el ritual de ver cine en el cine y recobrar clásicos de Meliès, Dreyer y Fassbinder, entre otros


La sala remozada, con imágenes de Hombre mirando al sudeste, de Eliseo Subiela, una de las películas elegidas para la reapertura.
Las paredes cubiertas de madera, las butacas antiguas, una pantalla que ofrece películas capaces de transformar al espectador. Todo eso sigue intacto en la sala Lugones, el templo de la cinefilia porteña ubicado en el décimo piso del Teatro San Martín que reabrirá hoy sus puertas, tras una larga y dificultosa renovación que lo mantuvo cerrado durante más de tres años. Ahora la madera resplandece, las butacas se sienten mullidas al contacto y las proyecciones ofrecerán la mejor calidad de imagen que permite la tecnología. La promesa implícita para quien atraviese sus puertas -sorprender y revolucionar los cerebros y corazones cinéfilos- sigue siendo la misma.
La puesta en valor y la renovación tecnológica de la sala -en la que muchos espectadores conocieron la obra de los grandes directores de la historia del cine, de Truffaut a Kurosawa- fueron parte de un plan que incluyó todo el Teatro San Martín, anunciado en 2013 por Hernán Lombardi y Daniel Chain, por entonces secretarios de Cultura y de Desarrollo Urbano, respectivamente, del gobierno porteño, que lideraba Mauricio Macri. A fines de ese mismo año, el viejo proyector de la sala se apagó. La reapertura estaba pautada para julio de 2014, pero la obra se demoró y "la Lugones" reabrió recién en marzo de 2015. Dos de las funciones de ese primer día debieron suspenderse porque los ascensores no funcionaban.


Hermia y Helena, de Matías Piñeiro.
A fines de 2015 se decidió que todo el Complejo Teatral de Buenos Aires cerrara para concluir las obras. Tras la asunción de Horacio Rodríguez Larreta como jefe de gobierno, Jorge Telerman asumió como director general del Complejo Teatral de Buenos Aires, quien afirmó entonces que "apenas estaba terminado un 30% de la obra proyectada". Los cinéfilos porteños volvieron a quedarse sin su templo. Directores, críticos de cine y otras figuras del ambiente volvieron a reclamar por la reapertura de la sala, que por entonces llevaba dos años cerrada.
En junio de 2016 se anunció que el complejo teatral reabriría sus puertas en marzo de este año y lo hicieron con dos meses de demora. Pero la Lugones se mantuvo cerrada hasta hoy.
Visitándola antes de su función inaugural, la emblemática sala se ve renovada sin haber perdido su identidad estética, ya que al ser parte de un edificio patrimonial, diseñado por el arquitecto Mario Roberto Álvarez, debió ser restaurada respetando su forma original. Además de las 225 butacas retapizadas, ahora también cuenta con cuatro espacios para discapacitados. En cuanto a lo técnico, la mayor novedad es que se sumó un proyector digital DCP de última generación a los que ya tenía la sala de 35 y 16 milímetros, lo cual le permitirá presentar películas en los formatos más utilizados, tanto para estrenos como para copias de archivo.
Clásico y moderno
Los años transcurridos desde que comenzó la renovación de la sala trajeron muchos cambios tecnológicos y de hábitos de consumo en el campo audiovisual. La sala que -desde su apertura en 1967, hace medio siglo- se ocupó de educar al público porteño en la historia del cine universal, se enfrenta hoy a un mundo en el que se afianzaron los servicios de streaming y se expandió la noción de que todo puede encontrarse en Internet y verse en la comodidad de nuestra casa.
"Uno tiene la idea de que en Internet se puede ver todo, pero no es tan así -dice Luciano Monteagudo, director de programación de la sala, en una charla. En todo caso es una especie de cirujeo de imágenes en el que a veces se pierden contextos y relaciones. La Lugones históricamente ha tenido un perfil didáctico en el mejor sentido de la palabra: buscando tendencias, movimientos. Siempre pusimos mucho énfasis en dar esos contextos al espectador, incluso en nuestros programas de mano. Acá te vas a encontrar con una línea de programación, con un recorrido. La idea es que las nuevas generaciones se acerquen a estas obras maestras que fueron concebidas para ser vistas en una sala oscura, compartiendo un hecho social. Nos parece importante defender este espacio del cine como tal."



Ocho horas no hacen un día, la miniserie de R. W. Fassbinder.
La sala reabrirá con un ciclo de cine argentino restaurado por el Plan Recuperar, a cargo de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) y Gotika. Los primeros 14 films que ya están restaurados se presentarán en la Lugones con entrada gratis, desde hoy hasta el jueves 24 de este mes. Dentro de este programa se cuentan Hombre mirando al Sudeste, Roma, Sur y Juan Moreira, entre otros. "Lo interesante es poner en diálogo la historia del cine argentino con el nuevo cine argentino, por eso paralelamente vamos a albergar el estreno de Hermia y Helena, de Matías Piñeiro".
El viernes 25 comenzará un ciclo de clásicos del cine francés restaurados, con 18 películas en copias nuevas en digital 4K, que van desde los comienzos del cine hasta la modernidad. Se podrán ver El viaje a la luna, de Georges Méliès (en una copia restaurada a partir de una original coloreada a mano); La gran ilusión, de Jean Renoir; Pickpocket, de Robert Bresson, y El desprecio, de Jean Luc Godard, entre otros títulos. Al mismo tiempo se estrenará El futuro perfecto, de Nele Wohlatz, que ganó el Pardo d'Oro a la mejor ópera prima en el festival de Locarno de 2016.
Además de los estrenos y ciclos clásicos habrá espacio para el descubrimiento. En septiembre, en conjunto con el Goethe Institut, se presentará Ocho horas no hacen un día, una miniserie que Rainer Werner Fassbinder hizo para la televisión alemana en 1972. Después de estar olvidada durante 45 años, se restauró con el apoyo de la Fundación Fassbinder de Berlín y el MoMA, de Nueva York. Las exhibiciones en la Lugones serán las primeras de la obra en todo el continente americano (en Europa se vio sólo en la Berlinale). "Más que una miniserie es una telenovela, porque Fassbinder aprovechó la gramática de la telenovela alemana de ese momento, con todos sus clichés, subvirtiendo el contenido", dice Monteagudo anticipando lo que probablemente será uno de los acontecimientos del segundo semestre




La pasión de Juana de Arco, de Carl T. Dreyer, volverá a proyectarse cuando se cumpla el medio siglo de la sala.
El calendario de la Lugones continuará con otra perla para el público que espera (re)descubrir grandes directores: un ciclo dedicado a la obra de Masaki Kobayashi, un cineasta clave del cine japonés moderno. El 4 de octubre se festejarán los 50 años de vida de la sala con la proyección de La pasión de Juana de Arco, de Carl T. Dreyer, la misma película que se proyectó en su apertura en 1967.
En septiembre también, la Lugones se engalanará con dos festivales: uno de cine sueco, con títulos inéditos en nuestro país, y el de documentales, DocBuenosAires. En noviembre llegará una retrospectiva de Maurice Pialat presentada por su compañera y productora Sylvie, quien también traerá otros films producidos por ella aún no estrenados en la Argentina.En esta nueva etapa,la entrada general para los ciclos y estrenos en la Sala Lugones será de 40 pesos para el público general y 20 para jubilados y estudiantes(este ciclo inaugural de películas argentinas recuperadas tiene entrada gratuita; las localidades se pueden retirar dos horas antes de cada función). El valor de la entrada apunta a que la mayor cantidad de espectadores puedan acercarse a la sala del décimo piso del Teatro San Martín, de modo que vuelva a ser el oasis cinéfilo que Buenos Aires necesita y tanto extrañó en estos últimos años

M. F. M

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