viernes, 23 de junio de 2017

VOLVERÁ SAN MARTÍN EN EL GOBELINO, A LA CASA ROSADA


El gobelino francés en homenaje a San Martín recupera su brillo
Francia está restaurando en París ese tapiz fabuloso, expuesto desde ya hace un siglo en la escalera de honor de la Casa Rosada


PARÍS.- Mauricio Macri tendrá que esperar hasta el año que viene para recuperarlo. Pero el maravilloso gobelino francés en honor al general José de San Martín que orna la escalera Francia de la Casa Rosada está en muy buenas manos. En este momento lo están restaurando en París los especialistas de la cuatro veces centenaria Manufactura de Gobelinos, que lo fabricó hace un siglo por encargo del gobierno francés para regalárselo a la Argentina con motivo del primer centenario de la Revolución de Mayo, en 1910.


Cien años después, símbolo de la amistad que une a ambos países, también es Francia quien se hizo cargo de su restauración. "Creímos que era un gesto extremadamente simbólico que el país que ofreció la obra también se ocupara de su salud un siglo después", explicó el embajador de Francia en la Argentina, Jean-Pierre Guignard, responsable de esta iniciativa.
Hombre de acción, Guignard creó una asociación con ese objetivo y consiguió financiar la operación con aportes privados de empresas francesas en el país, en particular el fabricante de automóviles Peugeot.


Representado durante el Cruce de los Andes, desde 1917 el Libertador ha visto pasar, hierático, a todos los jefes de Estado argentinos cuando se dirigen al despacho presidencial. Desde ese año, ese centenario tapiz de 16,25 metros cuadrados de superficie está instalado en la pared del rellano del primer piso de la escalera de honor.
El tapiz fue realizado a partir de un cartón del pintor Alfredo Roll. San Martín aparece vestido con uniforme militar, montado en su caballo blanco. Su capa flota al viento y lleva el sable corvo envainado en la cintura. Detrás aparecen sus granaderos en actitud de avance. Los rasgos del Libertador son tan precisos que bien podrían confundirse con una pintura.
Pero las escaleras no son el mejor lugar para conservar una obra de arte. "La polución y sobre todo el aire que circula en esos sitios en forma particular van deteriorando las fibras y los colores", explicó Hervé Barbaret, director de la Manufactura, durante una visita  a los atelieres de restauración.



Después de ser limpiada, la trama de lana y seda acaba de recuperar luminosidad y contornos de imágenes que parecían perdidas. Enrollada en un eje sobre una extensa mesa, ha comenzado ahora la etapa de la restauración: manos habituadas a ese trabajo de extrema precisión rellenan huellas de clavos y borran marcas del tiempo. "Nos llevará unos 150 días", precisa una de esas hadas del tapiz, mientras muestra cómo un punto de hilo blanco se esfuma en la trama para dejarla como cuando nació.




"Antes utilizábamos clavos para sujetarlo al bastidor. Ahora se utiliza velcro. De esa manera se puede retirar con facilidad", precisa Barbaret. Pero el célebre gobelino no regresará de inmediato a la Casa Rosada. Una vez terminada la restauración, probablemente en septiembre, será expuesto en la Manufactura. Y recién en el primer trimestre del año próximo viajará a Buenos Aires, para ser expuesto en el Museo de Bellas Artes.


"Haremos una exposición completa de la restauración, y acompañaremos el tapiz con otras obras contemporáneas de la Manufactura que, naturalmente, continúa siendo un sitio de creación", explicó Barbaret. En todo caso, ese largo periplo tiene una fecha límite: el G-20 en Buenos Aires. "El presidente Macri aceptó la ausencia del tapiz a condición de que volviera a ocupar su lugar en ese momento", confió Jean-Pierre Guignard.

L. C. 

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