viernes, 28 de abril de 2017

EXTRAÑAS PATOLOGÍAS...¿QUIÉN SOS?

INVESTIGADOR, DR. RICARDO "EL MORDAZ"

EL ROSTRO DESCONOCIDO
La paciente del doctor Capgras
Jean Marie Joseph Capgras es un brillante psiquiatra que dirige el asilo Maison-Blanche, en París. En su despacho se presenta un nuevo paciente. Se trata de una mujer de mediana edad, de aspecto normal, salvo por sus ojos, que revelan ansiedad y temor. En la entrevista se encuentra también su discípulo Jean Reboul-Lachaux.

Jean Marie Joseph Capgras (1873-1950)
Con gran preocupación y angustia, la mujer relata que tanto sus familiares como sus vecinos y amigos han cambiado sus rostros. Admite que hay una cierta familiaridad en ellos, pero no son ellos, son otros. Salvo este comportamiento que encaja dentro del delirio, la paciente no presenta ninguna otra manifestación como para considerarla demente.
En sus muchos años de ejercicio profesional y de lidiar con toda clase de trastornos mentales, ni el Dr. Capgras ni su ayudante habían atendido un caso semejante. Pocos días después el caso fue presentado en el ateneo de la Sociedad Clínica de Medicina Mental.
Este episodio ocurrió en 1923 y a poco de que se cumplan 100 años, las neurociencias no han podido dilucidar los mecanismos intracerebrales del que actualmente se conoce como síndrome de Capgras.
Imaginemos otro caso similar: llaman a la puerta, el dueño de casa abre y es la esposa que llega. La va a saludar, pero súbitamente se detiene, porque parece ser la esposa, pero definitivamente no es ella, es una impostora. La situación se torna insostenible para ambas partes. A esto hay que agregar que el paciente percibe a esa especie de doble como un individuo peligroso, alguien que se le acerca con intenciones poco claras, incluso con el propósito de agredirlo.

Una enfermedad que no es tan infrecuente
A medida que se indaga, no son pocas las personas que padecen este síndrome, porque se manifiesta en múltiples enfermedades y trastornos del sistema nervioso central. Por ello, para algunos investigadores, más que un síndrome (enfermedad), se trataría de un síntoma secundario de otras afecciones cerebrales.
La afección es persistente y se mantiene en el tiempo; de nada sirven los esfuerzos que dedique el paciente a tratar de recuperar la verdadera imagen del rostro familiar, lo que indica que se trata de un cuadro delirante. El sujeto es consciente de todo lo demás, y sus funciones cognitivas (memoria, razonamiento, sentimientos, toma de decisiones, etc.), pueden hallarse intactas, pero constituye una personalidad típicamente paranoide, hostil y desconfiada, ocasionalmente con sentimientos de despersonalización y vacío espiritual.
La disociación entre la persona real y la imaginada es esencialmente visual, ya que el sujeto no reconoce al familiar, pero sí su voz cuando habla con él por teléfono.
La ceguera a los rostros del Dr. Oliver Sacks

Profesor Oliver Sacks (1933-2015)
Oliver Sacks era un neurólogo contemporáneo de fama internacional que mediante el empleo de la música y otras técnicas logró mejorar cuadros de daño cerebral grave como consecuencia de una encefalitis o tics extremos incontrolables. Sacks era además un brillante escritor que supo plasmar en libros de fascinante interés, las experiencias con sus pacientes. Algunas de sus obras fueron best-sellers como “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, “Un antropólogo en Marte” y “Despertares”.
Probablemente el interés de Sacks por investigar enfermedades cerebrales raras, surgió de su propio trastorno muy emparentado con el síndrome de Capgras. Incapaz de reconocer a las personas, porque su memoria no fijaba los rostros, Sacks las identificaba por deducción. Es así que reconocía a una vecina por el perro que paseaba, o llegaba a la conclusión de que la foto que le mostraron correspondía a la Reina Isabel porque se trataba de una anciana de pelo blanco y gesto imperial.
Oliver Sacks falleció en Nueva York el 30 de agosto de 2015 de un cáncer terminal. Poco tiempo antes, sabiendo que su fin estaba próximo, escribió una nota para el New York Times, que cerró con el siguiente párrafo: “Por encima de todo, he sido un ser con sentidos, un animal pensante, en este maravilloso planeta y esto en sí, ha sido un enorme privilegio y una aventura”.

Salvador Dalí. Galatea de las esferas. Elegí este cuadro del genial surrealista porque se aplica perfectamente como alegoría de la desintegración de un rostro.
En conclusión, lo poco que se sabe sobre el síndrome de Capgras es que resulta más frecuente de lo que originariamente se pensaba y que ocurre en una amplia gama de trastornos psicóticos, preferentemente en los de tipo agudo. Es un progreso insignificante en el conocimiento de la enfermedad y muestra una vez más la magnitud insondable del cerebro humano y la dificultad de las neurociencias para develar sus secretos.
Salvatore P, Bhuvaneswar C, Tohen M, et al. Capgras syndrome in first episode psychotic disorders. Psychopathology 2014; 47:261-269.
Edelstyn NM, Oyebode F. Review of the phenomenology and cognitive neuropsychological origins of the Capgras syndrome. Int J Geriatr Psychiatry 1999; 14:48-59.
Kirov G, Jones P, Lewis SW. Prevalence of delusional misidentification syndromes. Psychopathology 1994; 27:148-149.
Keith A, Josephs MD. Capgras syndrome and its relationship to neurodegenerative disease. Arch Neurol 2007; 64:1762-1766.
Martínez Ron A. Un paciente llamado Oliver Sacks. Lainformación.com. http://noticias.lainformacion.com/ciencia-y-tecnologia/ciencias-general/un-paciente-llamado-oliver-sacks_Ry84uac10kgJ2YIip8zET3/
Hirstein W, Ramachandran VS. Capgras syndrome: a novel probe for understanding the neural representation of the identity and familiarity of persons. Proc Biol Sci 1997; 264:437-44.

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