sábado, 30 de diciembre de 2017

CON EMOCIÓN EL INDEC INFORMA

¡Felicidades!

Muchas gracias por acompañarnos en un año de intenso trabajo. Los esperamos en 2018 para celebrar nuestro 50º aniversario con más estadísticas para el país. ¡Feliz año!

JERUSALEM


Jerusalén: ciudad santa que existe en la tierra y en el cielo
Es la morada de un Dios único, la capital que reivindican dos pueblos y el lugar donde levantaron sus templos tres religiones; con frecuencia, allí el mito pesa más que la verdad
 "Así habló Yahvé a Jerusalén: ?Por tus orígenes y tu nacimiento, eres del país de Caná. Tu padre era amorreo y tu madre hitita. Cuando naciste nadie cortó tu cordón, no te bañaron en agua, ni te frotaron con sal, ni te envolvieron con paños? Te tiraron en pleno campo en signo de repudio?'" (Ezequiel, siglo VI a. C.)
Imposible decir si las palabras del gran profeta marcaron su futuro. Pero, si bien algunas ciudades tienen destinos trágicos, ninguna puede ser comparada con Jerusalén. Dos veces destruida, cuarenta veces sitiada, incendiada y ocupada, sus habitantes fueron masacrados, crucificados, deportados y vendidos como esclavos. Y cuando reinó la paz, los jerosolimitanos se mataron entre ellos, víctimas de una locura bíblica.
Sin embargo, ningún otro lugar en el mundo evoca semejante deseo de posesión exclusiva. Como una amante inalcanzable, Jerusalén tiene una forma única de atraer y desesperar, de enamorar y de atormentar. El contraste entre la ciudad material y la espiritual es tan doloroso que un centenar de pacientes ingresan cada año a los hospitales locales, víctimas del "síndrome de Jerusalén", delirio de anticipación, de decepción y de ilusión.
Pero, entre todas las urbes de la Tierra, ¿por qué Jerusalén? Tal vez porque la ciudad no sólo es un sitio geográfico. También es un hito en la historia de la humanidad y, sobre todo, es la capital de lo imaginario. Esa ciudad utópica que los judíos nunca cesaron de soñar, de aspirar a reconstruir, junto al Templo que los reunirá un día, es al mismo tiempo el teatro de la Pasión de Cristo, sitio de la sepultura del Redentor de los cristianos y la tercera ciudad santa del islam. Desde el lugar donde ahora se yergue la deslumbrante mezquita Al Aqsa, una noche Mahoma habría subido al paraíso montado en su mítico caballo Burak.
Cien veces conquistada y cien veces perdida; sometida a romanos, bizantinos, árabes, cruzados, mamelucos, otomanos o británicos, Jerusalén es un condensado de la memoria de los hombres. Según antiguas tradiciones rabínicas, Dios habría comenzado por allí la creación del mundo. Con su polvo habría dado forma al primer hombre, y Caín y Abel presentaron sus primeras ofrendas al Señor, antes de que uno asesinara al otro. Fue en ese lugar donde Abraham trató de inmolar a su hijo Isaac, como Dios se lo exigía; donde Salomón erigió su templo, destruido dos veces por babilonios y por romanos. Como lo afirman los relatos bíblicos, el apocalipsis y el juicio final alcanzarán a los hombres en Jerusalén.

¿Exactitud? ¿Fantasía? En la cuna de las tres religiones del Libro, la verdad importa con frecuencia mucho menos que el mito: "Cuando se trata de Jerusalén no me pidan que haga la historia de los hechos. Retirad la ficción y no queda nada", advierte el eminente historiador palestino Nazmi al-Jubeh.
Jerusalén es la morada de un Dios único, la capital que reivindican dos pueblos y el templo de tres religiones. Es también la única ciudad del mundo que existe en dos sitios: en la tierra y en el cielo. Su excepcional gracia terrestre no es nada comparada con su gloria celeste. El hecho mismo de que pueda existir aquí y en el más allá significa que puede estar en todas partes. Nuevas Jerusalén fueron fundadas en el mundo entero y cada mortal tiene una visión propia de la Ciudad Santa.
Abraham, David, Jesús y Mahoma caminaron por sus calles. Sagrada para las religiones del Libro, Jerusalén es la ciudad del Libro. Se puede decir, incluso, que la Biblia es la crónica de la ciudad. Y sus lectores -de los judíos a los primeros cristianos, pasando por los conquistadores musulmanes y los cruzados- siempre intentaron influenciar su historia para que se cumpla la profecía bíblica. Un trágico destino que, hasta hoy, nunca cambió.
Una pequeña aldea
El primer nombre de Jerusalén parece haber sido Salem. Así la menciona un escriba del norte de Siria en una tableta de arcilla 2500 años a. C. Cinco siglos después, durante la IX dinastía egipcia, aparece como Rushalayim o Urusalim en textos que la maldicen. Por entonces era apenas una minúscula aldea de montaña sin muros de protección, habitada por un puñado de familias de agricultores en torno de la fuente de Gihón. Tres valles la limitaban: al este el Cedrón, al oeste el de Tiropéon y al sur el de Gehena. Y tres cerros la dominaban: el monte de los Olivos, el monte Sión y el monte Moriá, que se convertiría después en el monte del Templo.
Sin ningún valor estratégico, difícilmente defendible, su único interés era la presencia de un manantial inagotable, cuyo escaso caudal evitaría durante mucho tiempo todo aumento de la población.
Hoy, cuando el visitante llega a la cumbre del monte de los Olivos, a 800 metros de altitud, hacia un lado ve el desierto, y al otro una pendiente que baja hacia la llanura costera que conduce a Tel Aviv, Jaffa, el Mediterráneo y Europa. A pesar de los muros de separación y los alambres de púas que desde hace algunos años desfiguran sus contornos, Jerusalén sigue siendo una localidad de montaña, como las otras ciudades santas que se ubican a lo largo de esa línea de crestas: Naplusa, Belén y Hebrón. Como hace 2000 años, en el ínfimo kilómetro cuadrado de superficie que ocupa la Ciudad Vieja, continúan concentrándose todas las pasiones de la humanidad.
Pero ¿por qué en Jerusalén? Tal vez porque en las tradiciones monoteístas, la dicotomía entre desierto y llanura -el mundo de los muertos y el de lo vivos- ocupa un sitio esencial: la montaña es el sitio de comunicación directa con el Altísimo. Es probable que, a pesar de todos sus defectos, de las escarpadas pendientes y la escasez del agua, la geografía haya jugado un papel decisivo en el destino de aquella aldea.
En todo caso, es casi imposible decir cuál es la verdadera Jerusalén. ¿La ciudad mágica que aparecía en las someras historias de la vida de los santos que leíamos de niños? Dentro de sus muros, el pastor David había enfrentado al gigante Goliat y, después, convertido en rey, había bailado semidesnudo frente al Arca de la Alianza, mientras la conducía a la Ciudad Santa. Jerusalén era los fastos del rey Salomón seduciendo a la bella reina de Saba, la entrada triunfal de Jesús montado en su asno y los últimos zelotes sucumbiendo al ataque de los legionarios romanos de Tito, mientras el Templo era devorado por las llamas.
¿Acaso es la ciudad que en el siglo XIX describieron Chateaubriand, Lamartine, Flaubert o Pierre Loti, para quienes era sólo un burgo adormecido en medio de sus ruinas cubiertas por el mirto y las rosas?

Ésa no fue, sin embargo, la suntuosa urbe que vio Tito por primera vez desde lo alto del monte Scopus (que significa "mirar"), situado al noreste de la Ciudad Vieja. Era el año 70 de nuestra era, en vísperas de su destrucción. Para usar los términos de Plinio, Jerusalén era entonces "de lejos, la ciudad más celebrada de Oriente". Una metrópolis opulenta y próspera, construida en torno a uno de los templos más grandiosos del mundo antiguo.
Todo se derrumbó ese año, en el octavo día del mes judío de Ab, cuando Tito, hijo del emperador romano Vespasiano, que dirigía desde hacía cuatro meses el sitio de la ciudad, ordenó a sus fuerzas prepararse para dar el asalto al Templo al amanecer. Ese último combate desesperado decidiría no sólo la suerte de Jerusalén, sino también el futuro de las tres religiones monoteístas de la historia.
Nadie sabe cuánta gente murió ese día en la ciudad. Tácito dice que 600.000 personas la habitaban. El historiador judío Flavio Josefo habla de más de un millón. Se sabe, sí, que todos perecieron de hambre, asesinados o fueron vendidos como esclavos.
Primera destrucción
Cinco siglos antes, Jerusalén había sido destruida una primera vez por Nabucodonosor, rey de Babilonia, que forzó a los judíos al exilio. Cincuenta años después, el Templo fue reconstruido y los judíos habían podido regresar. Pero esta vez, el Santuario no volvería a erigirse jamás. Y, durante cerca de 2000 años, los judíos tampoco gobernaron Jerusalén, con excepción de escasos periodos de corta duración.
El mundo tendría que esperar hasta el siglo XX para que Jerusalén recuperara su grandeza. Tanta belleza había sido obra de Herodes el Grande, monarca de Judea, loco genial cuyos palacios y fortalezas fueron construidos a una escala tan monumental y decorados con tanto lujo que Flavio Josefo reconocía que "superaban su capacidad para describirlos".
Pero en Jerusalén, la belleza siempre se acopla con la crueldad. Apenas 33 años antes de que el ejército de Tito arrasara el Templo, las piedras de sus muros, que brillan al sol con destellos de gemas bizantinas, habían sido teatro del crimen de un Justo. Un hombre que, en un ambiente de guerra civil, fue víctima de la cobardía o la indiferencia de un funcionario romano y de los intereses o la intolerancia de los sacerdotes del Templo. El pueblo judío en su conjunto, en todo caso, no pudo ser culpable del suplicio de uno de los suyos, Jesús.
Ni Poncio Pilatos ni los sacerdotes del Templo imaginaron que esa crucifixión en el Gólgota pesaría para siempre en las relaciones entre judíos y cristianos. Y, sobre todo, que sería el comienzo de una extraordinaria aventura humana de fe y de fervor, que desde entonces no dejaría de extenderse como un torrente a todos los rincones del globo.
La Biblia afirma que 34 soberanos reinaron en Israel y en Judea (entre 1025 y 596 a. C., según recientes cronologías) hasta la destrucción del primer Templo. El primero de ellos fue Saúl. El más importante fue David, vencedor de Goliat. Su hijo Salomón construyó el primer Templo para cobijar las Tablas de la Ley recibidas por Moisés. A su muerte -siempre según las Escrituras-, su imperio se dividió en el reino de Israel hacia el norte, mientras el reino de Judea ocupaba el sur.
Desde entonces, codiciada por todos, Jerusalén fue teatro de invasiones sucesivas: asirios, babilonios, persas, romanos, otomanos, cruzados, árabes. Fue pagana 2000 años bajo los cananeos y los egipcios, vivió 250 años bajo el yugo romano, fue judía 1150 años, musulmana 1300 años y cristiana 414 años.
Entonces, ¿a quién pertenece Jerusalén? ¿Cuál es el pueblo que puede reivindicar más derechos sobre ella? ¿Acaso existe una respuesta a ese interrogante? ¿O sólo hay mil respuestas contradictorias?
Durante los largos siglos del exilio, los judíos prescindieron de ella sin olvidarla, sin dejar de orar en su dirección, tanto que la convirtieron en horizonte de una esperanza. En una metáfora que los llevó a hallar prestigiosos sustitutos en todas partes: Kairuán, la Jerusalén africana; Toledo, Jerusalén de España; Salónica, Jerusalén de los Balcanes; Praga, Jerusalén de Bohemia; Vilna, Jerusalén de Lituania. Allí donde los judíos eran numerosos o su cultura florecía, ahí estaba Jerusalén.
Las cenizas del último Templo conservaron, sin embargo, el fermento no sólo del judaísmo moderno, sino también del carácter sagrado de la ciudad para el cristianismo y el islam.
A comienzos del sitio, según una leyenda rabínica muy posterior a los acontecimientos, el respetado rabino Yohanan ben Zakkai habría ordenado a sus discípulos transportarlo en un féretro fuera de la ciudad condenada, como una metáfora de la fundación de un nuevo judaísmo que había dejado de reposar en el culto sacrificial dentro del Templo. Desde entonces, los judíos que siguieron viviendo en Judea y en Galilea, así como en el Imperio romano y el persa, lloraron el fin de la Ciudad Santa, pero nunca cesaron de venerarla, como atestigua el salmo 137: 5-6: "Jerusalén, si algún día te olvido,/ que se me seque la mano derecha;/ prometo que jamás te olvidaré./ Si te llegara a olvidar/ que mi lengua se me pegue al paladar/ y no pueda volver a cantar".

Por su parte, la pequeña comunidad cristiana de Jerusalén, bajo la dirección de un primo de Jesús llamado Simón, huyó de la ciudad antes de la llegada de los romanos. Los jerosolimitanos eran una secta judía que oraba en el Templo. Ahora que estaba destruido, creyendo que los judíos habían perdido los favores de Dios, abandonaron para siempre la fe original y se proclamaron herederos legítimos de ese legado. Esos cristianos imaginaron una nueva Jerusalén, celeste, que sustituiría a la ciudad judía arrasada. Los Evangelios más antiguos, sin duda escritos justo después de la destrucción del Santuario, relatan cómo Jesús había predicho el sitio de la ciudad: "Veréis Jerusalén invadida por ejércitos". Y su demolición: "No ha de quedar piedra sobre piedra".
Nueva religión
El Templo en ruinas y la caída de los judíos eran la prueba de la nueva revelación. En los años 620, cuando Mahoma fundó su nueva religión, adoptó primero las tradiciones judías, orando en dirección de Jerusalén y venerando a los profetas judíos. También para él, la destrucción del Santuario era prueba de que Dios había retirado su bendición a los judíos para concederla al islam.
Décadas después, cuando la Biblia fue traducida al griego, después al latín y más tarde en lengua vernácula, se convirtió en el libro universal, haciendo de Jerusalén la ciudad universal. Desde entonces, cada gran rey pretendió ser David, cada pueblo reivindica el derecho de poseerla, cada civilización se proclama una nueva Jerusalén.
Tal vez ésa sea la verdadera respuesta al ¿por qué Jerusalén? Esa ciudad, que no pertenece a nadie y existe para todos en la imaginación de cada uno, "es" la Ciudad de Dios, siempre mezclándose en la querella de los hombres. Allí lo absurdo se vuelve razonable, lo irracional se convierte en lógico y el mito en verdad.
Ése es hoy el único punto de acuerdo entre sus 874.200 habitantes: sus 532.700 judíos askenazis o sefaradíes, sus 315.500 musulmanes chiitas o sunitas y sus 12.500 cristianos. Más ese millar de sacerdotes, monjes y religiosas que obedecen a Roma, pastores de todas las iglesias reformadas y de todas las sectas.
Precisamente ésa es su tragedia, que al mismo tiempo la vuelve mágica. Cualquiera que haya soñado con Jerusalén, de los apóstoles de Jesús a los soldados de Saladino, de los peregrinos victorianos a los turistas de la actualidad, es víctima de la misma alucinación: llegar con su visión personal de la auténtica Jerusalén y ser incapaz de reconocerla. Y como Jerusalén es propiedad de todos, es como si cada uno tuviera derecho de imponer "su Jerusalén" a Jerusalén. Así lo hicieron los hombres con ella una y otra vez a lo largo de su atormentada historia. Con demasiada frecuencia, a fuerza de fuego, destierro y destrucción.
Como si el destino o Yahvé, su Dios celoso e intratable, hubieran condenado a Jerusalén a pagar con sangre sus más bellas horas de gloria.
L. C. 

 La ciudad vive una Navidad triste
Nafta al fuego. Luego de que Trump declarara a Jerusalén la capital de Israel, la hostilidad entre judíos y musulmanes creció y estalló la violencia
Es una de las Navidades más tristes de los últimos años en Jerusalén. El 6 de diciembre último el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reconocido oficialmente esta ciudad en disputa como capital de Israel, y anunció que trasladará allí su embajada. La decisión fue como echar nafta al fuego. Criticada en forma unánime por la comunidad internacional, la declaración de Trump ha provocado una oleada de protestas en diversos países árabes y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad israelíes y palestinas en varias ciudades de la Tierra Santa.
Hubo choques en Jerusalén, Ramallah, Hebrón y Belén -que suspendió sus celebraciones de Navidad y decidió apagar las luces del emblemático árbol de la plaza frente a la basílica de la Natividad-, con más de 1800 heridos y al menos cuatro muertos. Desde la franja de Gaza fueron disparadas decenas de misiles hacia el sur de Israel, con los usuales contragolpes aéreos israelíes.

"Es claro que a nivel sociológico la declaración de Trump ha arruinado la Navidad no sólo a Belén, sino también a Jerusalén", dice, en diálogo telefónico con la nacion, Mario Sznajder, profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén. "Todos los días hay incidentes, se ha recalentado el ambiente y el impacto fue tremendo: casi no hay peregrinos ni en Belén ni en Jerusalén. Desde la franja de Gaza ya no es un goteo de misiles, sino una escalada, y hay un aumento continuo de la tensión."
El reconocimiento de Jerusalén -ciudad sagrada para judíos, musulmanes y cristianos- como capital de Israel y el anuncio del traslado de la embajada norteamericana supusieron el cumplimiento de una promesa de campaña de Trump, pero también una ruptura con la política seguida por su país en las últimas décadas. El Congreso estadounidense, de hecho, aprobó en 1995 una ley que prevé ese traslado, pero ningún presidente se había animado a implementarlo, consciente de los daños que esto implica para la seguridad nacional.
"A mí me parece un juego de sombras. Jerusalén occidental es la capital de hecho de Israel, porque allí están la Knesset (el Parlamento), la Corte Suprema y las oficinas ministeriales. Aunque también es un hecho que nadie reconoce los decretos de anexión de Israel desde 1967. Hasta Estados Unidos sigue reconociendo la división de Jerusalén en oriental y occidental y tiene dos consulados. Por eso pienso que la declaración de Trump, que no ha movido ningún ladrillo, no representa un cambio serio, salvo que, para los palestinos, ahora Estados Unidos dejó de ser un mediador objetivo", señala Sznajder. "El primer ministro, Benjamin Netanyahu, presenta la decisión de Trump como una victoria, Pero en verdad no lo es. No están trasladando la embajada y la declaración deja abierta la posibilidad de que en el futuro pueda darse un reconocimiento palestino", apunta.
Para Noura Erakat, periodista y defensora de los derechos humanos de origen palestino que vive en Estados Unidos, la decisión de Trump desenmascara cincuenta años de hipocresía de Washington en las negociaciones para solucionar el conflicto palestino-israelí. "Cuando Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel, no hizo más que consolidar cincuenta años de política exterior de Estados Unidos, que siempre favoreció la expansión colonial israelí en Jerusalén oriental y en Cisjordania", señala. "Entre 1967 y 2017 Estados Unidos ha vetado 43 resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que querían sancionar el comportamiento de Israel y bloquear la construcción de nuevos asentamientos. Con la ayuda de Washington, Israel logró que aumentara la población de colonos de Cisjordania desde los 200.000 de 1993 hasta los 600.000 de hoy, mientras daba la impresión de buscar acuerdos con los palestinos. Por lo tanto Trump, con su decisión, no dio un paso hacia el apocalipsis, sino que dejó al desnudo la farsa del proceso de paz", agrega.

En medio del recrudecimiento de la tensión, se habló de una tercera Intifada. Pero Erakat no cree en ese escenario. "Una sublevación en masa de los palestinos es improbable por dos motivos: el primero es que la mayoría no está armada, porque a partir del año 2000, Israel ha aumentado notablemente el uso de la fuerza contra los palestinos; el segundo es que, sin un cambio revolucionario de la clase dirigente palestina, una revuelta es imposible porque, desde 1993 hasta hoy, los líderes palestinos llevan adelante una estrategia de contención, intentando alivianar el peso de la ocupación, haciéndola más tolerable", afirma.
Coincide Ramez, un joven que fue mi intérprete en una de las guerras de Gaza, director de relaciones internacionales de la Universidad de esa ciudad. "Lo que ha hecho Trump es una locura. Pero no creo que haya una tercera Intifada", dice, en diálogo telefónico vía WhatsApp, entrecortado por los apagones que suelen afectar ese castigado rincón del planeta.
Padre de una nena de tres años y de una beba de dos meses, Ramez, que destaca la pésima situación económica en Gaza, asegura que la gente no quiere más guerra con Israel. "Todos, con sus hijos y sus familias, quieren vivir en paz."

E. P.


EL SECTOR PÚBLICO


En la Argentina, los salarios del sector público nacional se llevan el 11% del presupuesto
A este porcentaje hay que agregar lo que pagan provincias y municipios por sus empleados; en diálogo , el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, habla de la gestión 2017 y los planes 2018


Eficiencia, ahorro, productividad, presentismo, desempeño, movilidad, evaluación son los términos que se fueron "colando" dentro de la gestión de la administración del sector público a nivel nacional. Conscientes de que su estatus de empleados públicos tiene una connotación que hace falta modificar en la opinión pública, más relacionada con la empleada que personifica Antonio Gasalla que con la excelencia, quienes trabajan en el Estado vieron en 2017 con buenos ojos algunos cambios de base, a los que se están adaptando. El Ministerio de Modernización, comandado por Andrés Ibarra, exige mejoras en el desempeño pero también está dispuesto a reconocer logros.
Andrés Ibarra, ministro de Modernización de la Nación. 
"Vamos a hacer una transformación profunda del Estado", dice Ibarra , después de la presentación de la Primera Jornada de Reconocimiento al empleado público llamada Gente con Valor (ver recuadro). Se trata de "un cambio cultural profundo. En los próximos dos años vamos a mostrar otra cara del empleo público", asegura, y confiesa que es importante que los ciudadanos lo visualicen, mientras hace un balance de 2017 y proyecciones para 2018.
Según los números que maneja el Ministerio de Modernización, en el Sector Público Nacional (SPN) trabajan 740.000 personas, cuya masa salarial se lleva el 11% del presupuesto nacional. Se trata de un sector en donde la cantidad de empleados y la inversión en salarios está claro.
Además, hay alrededor de 500.000 personas que trabajan en los municipios y 2.300.000 aproximadamenteque lo hace en organismos provinciales. Se contabilizan entonces, "más o menos", 3.500.000 empleados públicos, sin que exista un número fiable de cuánto le cuesta al erario público la cantidad de empleados estatales.
"En terminos de evolución del empleo público, en la Administración Pública Nacional, vamos a terminar el año con alrededor de menos 9%, aproximadamente, desde el inicio de la gestión". Son 22.000 personas menos que en diciembre de 2015. "Es una política austera dentro del Estado. Estamos ordenando las áreas, y cada sector trabaja con un concepto de planeamiento de las dotaciones. Pretendemos que a través de los compromisos federales las provincias sigan en este mismo lineamiento".
El sector público en general (incluyendo provincias y municipios) aumentó su nómina de septiembre de 2016 a septiembre 2017 en 42.000 personas, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo. "Pero los datos presentan importantes faltantes de información, especialmente a nivel municipal. Esto se debe a que dichos organizamos no presentan la información al SIPA", dice el informe.
La provincia de Santa Cruz, por ejemplo, presentaba en diciembre de 2016 solo 3600 puestos de trabajo en el sector público, aunque de acuerdo con la Dirección Nacional de Coordinación Fiscal con las provincias, en 2016 ese número ascendía a 35.926 puestos.
"Queremos que sea obligatoria la generación y transparencia de la información en todos los niveles", dice Ibarra. "El problema es cuando hay información de relativa veracidad. Se requiere un Estado que tenga sistemas de gestión para saber cuántos empleados trabajan, cuánto cobran, cuántos días de licencias tienen, y qué tipo de licencias son, entre otras cuestiones. En el Estado nacional estamos bastante bien, pero después en las provincias y municipios hay de todo".
A pesar de la falta de cifras totales, asegura que "se redujo la inercia de crecimiento del empleo público en provincias y municipios. Todo el sector público nacional va a haber caído un poco menos del 1%, gracias a la contribución de la Administración Pública Nacional. Pero en las provincias va a haber un leve crecimiento, aunque la tendencia es a la baja.
Menos jerarquizados
"Estamos provocando un ahorro en la alta dirección pública y la conducción del orden del 20% entre cargos. La Administración Nacional tiene unos 3500 cargos jerárquicos, considerando ministros, secretarios, subsecretarios, directores nacionales, coordinadores, etc. El 20% pueden ser 700. Cada ministerio tiene que armar el esquema para los próximos días, antes de fin de año. Fue un pedido del Presidente. Se trata de un gesto político y de ahorro para bajar el déficit del Estado".
¿Son los que entraron en esta gestión?,  "No necesariamente. Lo que estamos buscando, más que un tema de personas, es bajar la cantidad de "ravioles" o cargos. Es un problema de organigrama. Cada uno de nosotros tiene que reordenar la cantidad de cargos", respondió Ibarra.
Así dadas las cosas, lo que se viene es el proyecto sobre el presentismo y las evaluaciones. A partir del último cuatrimestre de 2017 se premiaron a 4 de cada 10 trabajadores del Estado con $ 5200 por cuatrimestre, o $ 1300 por mes brutos. "Hoy prefieren no faltar", dice Ibarra.
En tanto, los contratados están en una zona más negra que gris. En el proyecto de ley de reforma laboral, actualmente en el Senado, no están incluidos los trabajadores del Estado en el llamado "blanqueo" laboral. "Es un problema el desmanejo que ha tenido el Estado. Por un lado, tenemos una planta permanente que se ha deteriorado porque no se la ha capacitado ni se le dieron las herramientas necesarias. Pero por el otro lado, se han cubierto esas falencias históricamente contratando gente: asistentes técnicos, gente de universidades, entre otros. Actualmente, los contratos estarán en el orden de los 65.000 aproximadamente en toda la Administración Pública Nacional". Un número al que hay que sumarle, claro está, el de la Administración Pública Provincial y Municipal.
¿Podrían hacer juicio al Estado? "Sí, por la antigüedad que tienen. Pero además esta situación les genera inestabilidad, porque esos contratos pueden ser discontinuados. También hay un problema de formación, porque se da normalmente a la planta permanente y no tanto a los contratados. Es toda una problemática que se va a ir corrigiendo, estamos viendo quiénes son aquellos que tienen cierta antigüedad y que pueden pasar a planta. Hay que generar movilidad interna para aquellos lugares en los que falta gente. Esto va a llevar unos años, pero el objetivo es que el Estado se maneje con un 10 o 15% como mucho de contratos variables, que son necesarios".
También es importante ver, en este escenario, en qué acompañan los sindicatos, en qué no lo hacen. "El sindicato que ha acompañado en muchos de estos desarrollos como presentismo y el cumplimiento de objetivos es UPCN. En la misma paritaria, se acordaron estas cosas", cuenta Ibarra. "En el área de capacitación, debo decir que el Fondo de Capacitación y Recalificación Laboral (FoPeCap), que está integrado por representantes del Estado y representantes de entidades sindicales (UPCN y ATE), se ha hecho un trabajo participativo con ATE también", agrega.
Expediente electrónico
Este año se relanzó el Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP). "Hemos capacitado a mas de 120.000 personas en expedientes electrónicos", afirma Ibarra. Se trata de un recurso que no existía en el Estado, aunque sí había algunos pequeños sistemas puntuales. Casi todas las transacciones en el Estado eran a través del papel. Esto ha sido un cambio fenomenal. Llevamos más de 2 millones y medio de expedientes electrónicos realizados en más de 2000 trámites".
Asimimso, el ministro agrega que gracias al expediente electrónico se han hecho mas de 1 millón de trámites a distancia, sobre todo registros de importación, con empresas y proveedores. "Empezamos a desarrollar todo esto para que la gente pueda hacer sus trámites por Internet", destaca.
Ante la pregunta sobre el recibo de sueldo en papel, el funcionario explica: "En la ciudad de Buenos Aires ya desterramos el recibo en papel, pasamos al digital, y vamos a incorporar este desarrollo en el Estado. Para que esto (y otras cosas) funcione el empleado tiene que estar aggiornado y capacitado. Hay que darle todas las herramientas. "Este año hubo un avance en términos de tecnología, de gestión, tramitación y triplicamos la oferta de capacitación", concluyó el ministro.

Reconocimiento para quienes se destacan por su trabajo en el estado
Andrés Ibarra, en el evento de reconocimiento al mérito.
"Muchas veces nos pasa que por ser empleados públicos nos miran mal. Está bueno cuando hay un reconocimiento", dice Ignacio Oturakdjian, diseñador en la Subsecretaría de Planificación y Comunicación Estratégica del Ministerio de Desarrollo, uno de los premiados en la Primera Jornada de Reconocimiento al Empleado Público, Gente con Valor, en la Usina del Arte.
"El objetivo del evento es destacar valores en el empleo público: respeto, el compromiso, el trabajo en equipo y el orgullo de trabajar para todos los argentinos", dicen desde Modernización. Se reconocieron en diferentes categorías a más de 300 empleados que representan a un universo total de aproximadamente 7000 trabajadores.
El encuentro comenzó con un video donde se podían escuchar testimonios de empleados públicos, que afirmaron que este trabajo "no es sólo venir a cumplir un horario".
"Este es el primer evento de reconocimiento de toda la gente que diariamente trabaja en el Estado", dijo el ministro de Modernización desde el escenario. "Es muy importante que, al menos una vez por año, paremos la pelota, hagamos un balance y valoremos el desempeño en el empleo público. Se trata de gente que empuja para que nuestros ciudadanos, nuestra sociedad tenga un Estado que funcione mejor".
El mismo día, se realizó la jornada de cierre del Plan Nacional de Discapacidad, una deuda pendiente del Estado ya que por ley se establece un cupo del 4% para personas con discapacidad en las filas del empleo público, algo que no se venía cumpliendo. En este sentido pasaron por talleres de inclusión 3000 personas de la administración pública para "entender que hay una oportunidad en el Estado para personas que tienen alguna discapacidad. Es muy importante que todos nosotros entendamos la problemática y podamos valorar el incluir y generar estos mecanismos de integración que son tan importantes para nuestra sociedad".
Se hace mucho hincapié en la "jerarquización del empleo público y la carrera del empleado público, para la cual estamos trabajando con los sindicatos, para que esté aggiornada al siglo XXI. Al Instituto Nacional de la Administración Pública le damos una importancia enorme".
Concursos
Uno de los puntos que obsesionan a Ibarra es la "profesionalización del empleo público", por lo que durante su discurso en el evento dijo que "debemos generalizar y propiciar los concursos para la movilidad interna y también para ingresar al Estado. Tenemos alrededor de 13.000 contratos que tienen mas de 10 años y que están atravesando un proceso de concurso para ingresar a la planta permanente".
Justamente, una de las premiadas, Sandra Morón, contó su experiencia por haber pasado por un concurso público y haber sido designada este año, aunque Ibarra aclaró que se deben mejorar los tiempos de los concursos ya que el de Morón comenzó en 2015.
Por otro lado, el ministro también se refirió a los concursos para la Alta Dirección Pública, con la meta de que el 50% de la ella ingrese a través de este método. "La conducción del Estado en los distintos organismos, desde coordinadores hasta directores generales tiene que concursar. El año que viene vamos a concursar mas de 500 cargos". El fin es "dejar un Estado profesional, conducido por aquellos que entraron por concurso". Ibarra habló también sobre el concepto del mérito, del cumplimiento de objetivos, porque "nosotros somos servidores públicos. Ese servicio se lo damos a nuestra gente, a nuestra sociedad".
En el último año y medio se capacitaron 120.000 personas en el Sistema de Gestión Documental Electrónica. "Es nada más que un ejemplo de lo que tenemos que lograr con el Estado", finalizó.
A la hora de que cada puesto esté correctamente adjudicado, se destacó el caso de Carolina Santana, una ingeniera agrónoma que trabajaba en un archivo y que por el Programa de Movilidad Interna (MOBI) pasó a trabajar al Instituto Nacional de Semillas (Inase).
Por último, subieron al escenario personas con más de 25 años de trayectoria en el Estado, con algunos casos que llegaron casi a los 50 años de trabajo como servidores públicos.
Los números del empleo público

3.500.000

Trabajadores en el Estado

Incluye la administración pública nacional, provincial y municipal

740.000

Sector público nacional

Empleados de los tres poderes, AFIP, PAMI, Fuerzas Armadas, seguridad, universidades y empresas públicas

500.000

Empleados municipales

Una cantidad que seguramente sea mayor, ya que hay municipios que no informan

2.300.000

Empleados provinciales

Con el mismo problema que los municipaIes

65.000

Contratados en la Administración Pública Nacional

13.000 tienen contratos desde hace más de 10 años. No se sabe cuántos hay a nivel provincial y municipal


P. U.

¿ QUIÉN ES ÉRICA RIVAS ?


Érica Rivas: "Convivimos con enfermos de poder que creen que nuestro cuerpo es de ellos y pueden hacer lo que quieran"
Ante la inmensidad del espejo que simula reflejarlo todo, Érica Rivas se mira y lamenta no tener en su camarín ninguna imagen. No están Niní Marshall ni Miranda, la hija que parió hace 16 años en la cocina de Villa Ortúzar con la ayuda y el aliento de Rodrigo de la Serna, el hombre con el que compartió más que una década. Se lamenta ante el vacío la mujer que, decidida a abrazar la actuación, con 21 años dejó con dolor y bronca la casa de sus padres. Estaba dispuesta y convencida a seguir un sueño sin importar los sinsabores que más tarde dejarían cicatrices. Las mismas cicatrices que hoy se anima a mirar y a reconocer como parte de un aprendizaje que la llevó a consagrarse como una de las mejores actrices de su generación, con personajes que se instalaron en la memoria colectiva. ¿Quién no recuerda a María Elena de Casados con hijos o a la novia ensangrentada de Relatos salvajes?
A cara lavada y frente al espejo, Érica agradece cada reconocimiento con cierto pudor, una timidez escondida que se devela en la expresión de su rostro. De hablar suave y dueña de una risa dulce y contagiosa, le da peso a cada palabra, a cada reflexión. La mayoría, atravesadas por el compromiso como mujer ante una sociedad que reclama contra la desigualdad de género.
Enciende un sahumerio, sirve dos tazas de café y confiesa el dolor que siente en el cuerpo. "Me entregué por completo", dice sobre Selena, el personaje que compuso en Bruja, la tercera película de Marcelo Páez Cubells, que la volvió unir en escena a su hija Miranda y que entremezcla el mundo místico con la búsqueda desesperada de un madre soltera, cuya adolescente es secuestrada por una red de prostitución. "Me involucré mucho con la historia, con la problemática de la trata, de la esclavitud, con la persecución de las mujeres desde que el mundo es mundo."
-Ensayistas feministas como Anne Lewellyn, autora de La caza de brujas, en Europa, y Silvia Federici, en su libro Calibán y la bruja, revisan distintos momentos históricos y destacan que la herejía y la brujería no eran más que supuestos delitos instaurados por la misoginia.

-Hablamos de mujeres estigmatizadas, quemadas en la hoguera [unas nueve millones fueron víctimas de un genocidio en Europa y Estados Unidos durante los siglos XVI y XVII]. Aún hoy la imagen que se tiene de una bruja está relacionada con un ícono de maldad, de terror; sin embargo, eran mujeres que tenían algo para decir. Eran independientes, sus voces fueron calladas. Cuánto nos falta conocer a estas mujeres que desafiaron el orden patriarcal. La brujería está relacionada con la esclavitud, con la trata y con el origen del feminismo.
-Fuiste de las primeras voces del #NiUnaMenos. El tema se instaló. ¿Qué reflexión te merece?
-Pareciera que cada vez estamos peor, por la cantidad de casos que hay. Lo que sucede es que hay una mayor conciencia. No hay leyes que acompañen y las que están son antiguas, ya no sirven. Tenemos que armar cosas nuevas. La conciencia avanza mucho más que lo formal. Ya lo sabemos, vivimos en una sociedad patriarcal y de repente empezamos a despertarnos y a romper con mandatos, enseñanzas que nos vienen formando desde hace miles de año. Es mucho, es monumental lo que hay que hacer. Nos vamos a equivocar una y otra vez, y también nos vamos a ir de un extremo al otro.
-¿Te considerás feminista?
-Sí, aunque reconozco que estoy encarcelada en un montón de parámetros y en ciertos mecanismos machistas. Lo detecto, puedo verlo. Lo que realmente sucedió es que el problema ganó visibilidad. Ahora, comienza a haber datos, ya no hablamos de crímenes comunes, sino de crímenes de género, de femicidios, y eso es diferente. Hoy en todas nosotras hay algo que nos hace ruido, que nos lleva a preguntarnos qué pasa, qué nos pasa. Lo que digo puede parecer muy básico, pero tenemos que hablar entre nosotras, estar atentas a lo que nos ocurre, ser parte del cambio. En el camino uno va construyéndose y destruyéndose. Es un aprendizaje, en todo el mundo. Hay un cambio: cuando fui a la primera marcha muchos hombres no entendían porque hablábamos de femicidio y no de asesinatos, de violencia; hoy, esos mismos hombres entienden por qué necesitamos alzar la voz.
-¿Detectás en Miranda un cambio frente a estos temas?
-Ella tiene una mirada diferente. No termina de darse cuenta de todo lo que hemos vivido hasta ahora. Ella no siente que tenga dificultades por ser mujer. Por eso, siempre le digo: "Hija, yo te doy la posta, vos seguís, vos construís, no sé cómo va a ser el mundo. Me encantaría que seas feliz, te voy a ayudar en todo lo que pueda, pero muchas veces me equivoco por haber vivido en otro mundo, por haberlo construido y también destruido". Los chicos hoy tienen una apertura que me sorprende. Imaginá que muchos nacieron en la era del matrimonio igualitario, con dos papás o dos mamás; o viven con familias ensambladas. Tienen mucho menos rollo que nosotros, por lo menos en estas cuestiones.
-¿Cómo fue compartir el rodaje con ella?
-Hermoso, qué puedo decir. Verla feliz, creo que es lo más maravilloso que le puede pasar a una madre. Quiero acompañarla en este camino. Me encanta verla actuar, ser parte de su formación. Este amor se lo transmitimos con su papá. Veremos qué le irá pasando, cómo armará su recorrido, su camino. Para Bruja, investigamos juntas el tema de la trata, de la brujería, de las redes de prostitución.
-¿Apelaste a tus emociones personales para componer a esa madre?
-Imposible no hacerlo, teniéndola también a Miri conmigo. Juntas vimos a esa madre desesperada, capaz de hacerlo todo por recuperar a su hija secuestrada. Trabajé con esa empatía que tenemos con tantas mujeres que sufrieron el rapto de sus hijos; conocemos esa historia, somos parte de esa historia. El dolor me atravesó. En la película hago todo por llegar a mi hija. Soy una heroína que no usa armas, que utiliza los hechizos, posesiones, todos los recursos para encontrarla.
-Te casaste muchas veces en la ficción, pero nunca en la vida real. Llegaste a decir que el matrimonio "es el corset del amor".
-¿Dije eso? Quizá estaba usando mucho corset por esa época. [Se ríe.] Es cierto, me casé muchas veces en la ficción. El otro día una amiga mía, lesbiana, me decía en broma que ella siempre quiso estar fuera del sistema; ahora está casada, con papeles y todo. Es como dice Liliana Felipe: "Todos tenemos derecho a ser igual de infelices".
-¿Nunca te abrazaste a esa idea de ser la mujer de...?
-No. El problema con ser la mujer de... es que muchas quedan atrapadas, luego de una separación o un divorcio, en la nostalgia del por qué no funcionó el para siempre, esa fallida idea con la que crecimos. Muchas en esta búsqueda de felicidad dejan de lado su vocación, su trabajo, se dedican por completo a su familia y terminan dependiendo económicamente del marido. Y cuando se separan deben no sólo ocuparse de sus hijos, sino reencontrarse con lo que dejaron de lado, salvo que tengan la suerte de cobrar una herencia. A las que viven en la ciudad les puede parecer raro, porque la mayoría son mujeres trabajadoras, pero yo que vivo en Ingeniero Maschwitz lo veo mucho. En los countries suele pasar. He tenido que acompañar a amigas en el camino de vuelta a sus profesiones después de un divorcio, o de encontrar algo que les gustara, que les hiciera bien. Pienso en esto y no sólo en el terreno laboral, sino también en el sexual. Uno pensaría que hablamos de terrenos ganados, pero, cuando te encontrás con mujeres que nunca tuvieron un orgasmo y son madres de cuatro chicos, te das cuenta de que no está funcionando. Nos educaron para gustar, para agradar siempre. La cuestión es cómo queremos gustar. ¿Somos capaces de gustarnos a nosotras mismas? ¿Nos permitimos estar mal? El problema no son los demás, sino que nosotras no seamos capaces de permitírnoslo. Ni siquiera nos perdonamos envejecer.
-¿Te preocupa envejecer?
-Cuando cumplí 40 años, todos me preguntaron cómo me sentía. Imagínate lo que significa envejecer siendo actriz.
-¿Y cómo te sentiste?
-En un hombre, la edad pareciera valorarse; se habla de crecimiento de un artista, de su madurez. Con suerte a una mujer sólo le dejan el título de sabiduría, que uno adquiere con los años. Pero yo quiero seguir deseando, seguir gozando. Es como si en un momento de la vida te hicieras anciana y tenés que resguardarte en la sabiduría. Ya no hay belleza, no hay dulzura, no hay sexo, no hay nada más, sólo sabiduría. ¿Y la belleza? ¿Desaparece?
-¿En dónde solés encontrar la belleza?
-En todos lados. Me gusta mucho la naturaleza y, observándola, de alguna manera te ayuda a disfrutar de diferentes momentos. El encuentro con las plantas, no sólo en primavera, sino en la belleza de cada estación. No me aburro y eso tiene que ver con vivir en la naturaleza, con el reencuentro con uno mismo.
-¿Ese contacto con la naturaleza lo construiste desde chica en tus años en Ramos Mejía?
-Sí, totalmente, tiene que ver con la niñez, quizá con mis abuelos, que también eran amantes de la naturaleza. Con toda mi familia, ahora que lo pienso. Mi abuelo, de 100 años, tiene un patiecito chiquito [lo dibuja con los dedos en el aire, para dar una idea de su tamaño], con 18 mil plantas. Para mí la naturaleza lo es todo. Es el lugar de inspiración, de relajación, de conexión conmigo. Pero no hablo de meditar en el pasto, descalza. No, también uno se encuentra a sí mismo cortando rosales, jugando con los animales, viendo cambiar el día. La naturaleza no me angustia, no me deprime. Aprecio mirar un árbol, el cielo. Es terapéutico.
-Algunas terapias ponen el foco en el contacto con la naturaleza: podar, alzar hojas.
-Si sabés de alguien que quiera hacer terapia, avisame: tengo un montón de cosas que hay que hacer en el jardín de casa [risas]. Antes no me daba cuenta de los cambios de las estaciones del año, pasaban como cuadros, pero ahora descubro en cada una cosas diferentes, como las noches implacables de invierno. Sinceramente, la naturaleza es mi refugio. De hecho, me gustaría irme a vivir más lejos.
-Imagino que, por su edad, a Miranda no le gustará demasiado esa idea...
-En su momento, la decisión de vivir afuera, lejos del centro, la tomé también como madre. Ahora, Miranda como toda adolescente tiene ganas de vivir en la ciudad. Siempre le digo que toda la paz que vivió en su infancia en algún momento va a volver, que son cosas que quedan en uno. Como me sucedió a mí. Me parece tan raro que la gente quiera vivir toda amontonada en la ciudad. Amontonada y angustiada. Cuando estoy acá [en el centro de Buenos Aires] siento que no estoy haciendo todo lo que tendría que hacer, o que creo que debería hacer. Me siento como un pollo al que alumbran para que coma todo el tiempo. Incluso cuando te encontrás con alguien, lo primero que te preguntan es: "¿Qué estás haciendo? ¿En qué andas?", como si uno tuviera que estar produciendo todo el tiempo. Estar activo sobre todas las cosas. ¿No es raro? Y eso que yo estoy con muchas cosas a la vez... pero si no tengo nada, no me angustio. Creo que vivir lejos me hizo poner paños fríos a esta inercia. Fue clave instalarme en el campo, me hice vegetariana... Fue como si me hubiera dicho a mí misma, tranquila, no tenés que estar bicicleteando todo el tiempo.
-A los 21 años dejaste la casa de tus viejos con el dolor y la bronca de que no acompañaran tu deseo.
-Más que nada temía que tuvieran razón. Ellos no tienen nada que ver con esto [se refiere a la actuación: la mamá es profesora de literatura y el padre, actuario] y querían que yo tuviera una carrera universitaria para que me banque económicamente, que la actuación la tuviera como un hobby. La tuve que pelear mucho. Hasta me anoté en la facultad de psicología y cursé varios años. Con el tiempo los entendí.
-Alguna vez dijiste que no mirabas televisión porque te preocupaba que le metiera miedo a Miranda. ¿Hoy a qué le temés?
-Sigo sin ver televisión y recomiendo no mirarla, por el miedo, por la sensación creada de que todo va a ser horrible y cada vez peor. No la veo por la angustia que me generan las cosas que pasan. A veces siento que no es verdadero lo que me muestran y, otras, siento que no lo puedo abarcar, que no puedo aguantar toda la angustia de lo que ocurre en Siria o en tantos otros lugares. Y tener una hija adolescente es todo un tema, no sólo por el miedo que se filtra en los medios, sino por lo que transitamos. Tener una mujer hermosa, inocente, joven a mi cargo con el paradigma cultural que tenemos, no es fácil. Convivimos con enfermos de poder que creen que nuestro cuerpo es de ellos y que pueden hacer lo que quieran. Me escucho a mí misma diciéndole a mi hija: "¿Vas a salir con esa pollerita?". Yo misma diciendo eso y me enojo, pero se lo tengo que decir, alguien se lo tiene que decir. Le inoculo esa mierda en su cabeza. Le inoculo que no puede disfrutar de su cuerpo como quiere, de lo hermoso que es, le digo que no puede vivirlo con alegría, con libertad, sin tener miedo. Y encima de eso, tenés a los medios que después juzgan a las chicas a las que les pasó algo, porque salieron de noche, con polleras cortas o no estudiaban el secundario y se drogaban...
-El jueves se estrenó La cordillera, la película de Santiago Mitre en la que Ricardo Darín es el Presidente y vos, su secretaria personal.
-Es un personaje que me costó mucho, porque quería explorar lo que significa ese lugar de poder para una mujer, un espacio tan estigmatizado desde lo masculino. Intenté imaginar cómo es ese ámbito en el que jamás me interesó estar. Recuerdo que mi abuela siempre decía que mi papá iba a ser presidente, porque él había sido medalla de oro en la facultad. Creo que, por lo general, uno no piensa eso de una mujer, no cree que va a llegar a presidente, aunque sea medalla de oro en la facultad. No se te ocurre ni siquiera imaginarlo. No debe ser fácil para una mujer estar en un lugar con tal poder y tan definido por el hombre.
-¿Ya te animaste a la dirección?
-Estoy codirigiendo con Marcela Balza el documental que tiene como protagonista a Marilú Marini. También actúo un poco en él. Es todo un desafío, pero a la vez tan placentero... Marilú es una mujer que admiro y quiero. Todo un referente para mí. Tiene una gran memoria emocional y cada encuentro que compartimos es maravilloso. Volviendo a la pregunta, poco a poco me voy sumergiendo en la dirección. El corto que tenía previsto filmar [La confesión] está en stand by y pronto retomaré el proyecto del largometraje Si me quieres escribir con Cuini Amelio Ortiz. Ella está trabajando ahora en un documental sobre la maravillosa Margarette Von Trotta.
-En mayo viajaste al festival de Cannes con La cordillera. En ese marco tuviste tu momento con David Lynch.
-[Risas] Imaginate. Sólo fue de cholula, no es que él me dijo "quiero trabajar con vos". Es uno de mis directores favoritos. Cuando lo vi me puse colorada, no podía creerlo. Me insistieron, casi me obligaron a que me sacara esa foto. Estaba en estado shock. Por uno de sus libros, en el que habla del camino de ideas y creatividad, empecé a hacer meditación. Cada vez que veo algunas de sus películas, descubro cosas nuevas y entiendo otras. Es un director que está metido en mis pesadillas.
Bio
Profesión: actriz
Edad: 42 años
En 2005 se hizo popular en la TV con Casados con hijos. En 2011, obtuvo un Konex por actriz de la década en cine. Con Relatos salvajes volvió a demostrar su versatilidad. Ahora, coprotagoniza La cordillera y termina el rodaje de Bruja, junto a su hija Miranda, de 16 años.


F. SCH

LA PÁGINA DEL DR. JUAN CARLOS DE PABLO


¿Cuál es la fórmula para leer las estadísticas?
Juan Carlos de Pablo
Con frecuencia mensual, en la Argentina se publican estadísticas referidas a la evolución de los precios, el comercio internacional y la producción manufacturera, y con frecuencia trimestral, estimaciones referidas a la oferta y la demanda globales, empleo y desempleo y balanza de pagos. ¿Vale la pena prestarles atención? ¿Cómo hay que leerlas?
Al respecto conversé con el alemán Johann Carl Friedrich Gauss (1777-1855), quien aplicó en astronomía la distribución de probabilidades más utilizada, también denominada normal o de campana. Esa distribución fue planteada por primera vez por Abraham de Moivre y ampliada por Pierre Simon Laplace. En la escuela primaria Gauss sorprendió a su maestro cuando sumó de manera instantánea los enteros que van de 1 a 100, al advertir que se trataba de la suma de 50 pares de números, cada uno de los cuales es igual a 101.
-¿Qué es una distribución de probabilidades?
-Una función que asocia cada valor posible de una variable con su correspondiente probabilidad. La función normal admite todos los valores de la variable (de menos a más infinito); le adjudica el máximo valor de probabilidad al valor normalizado cero de la variable, es decir, el que ajusta cada observación por su valor medio, y divide la diferencia por el desvío estándar; la probabilidad disminuye a medida que el valor observado se aleja del valor medio, y la distribución es simétrica.
-La "gaussiana" será la más popular, pero no la única distribución de probabilidades.
-En efecto. Porque también existen las distribuciones binomial, uniforme, de Augustin Louis Cauchy, de Simeon Denis Poisson, etc. Ningún investigador serio supone automáticamente que la distribución de frecuencias del caso que está analizando es normal.
-¿Para qué sirve prestarles atencióna las estadísticas?
-En el caso de las estadísticas económicas, para contrastar lo que vivimos con lo que ocurre en la generalidad. Nadie tiene que consultar al Indec para saber si tiene trabajo o no, pero si se queda sin trabajo la estadística laboral le sirve para saber si ese percance sólo le ocurrió a él (o a ella), por lo que tiene grandes chances de conseguir otro trabajo pronto, o si resultó de una crisis generalizada.
-Pero las estadísticas están sujetas a errores, por problemas tanto conceptuales como de estimación.
-De acuerdo. Ninguna estimación de la tasa de inflación puede tener en cuenta todas las sutilezas que rodean cada transacción (rebajas, recargos, modificación de calidades, cambios en las condiciones de venta, etc.), y además toda estimación de este tipo está sujeta a errores muestrales.
-¿No les resta esto todo valor a las estadísticas?
-No, pero sugiere prestarles atención sin pelearse por los decimales. Bien se ha dicho que las estadísticas, como las bikinis, lo que muestran es importante, pero lo que ocultan es fundamental. Esta es la versión que hay que decirles a los estadisticomaníacos, mientras que a los estadisticofóbicos hay que decirles lo contrario: que lo que ocultan es fundamental, pero lo que muestran es importante.
-Con las precauciones que usted acaba de mencionar, ¿cómo debe leerse cualquier informe estadístico?
-Primero hay que buscar la noticia. Déjeme plantear un ejemplo médico. Usted acude a un galeno porque está débil. El facultativo encuentra que usted tiene pocos glóbulos rojos. Le receta un medicamento y le pide que vuelva dentro de una semana, con un nuevo análisis. ¿Qué es lo primero que hará en la próxima consulta? Buscar la noticia, que en este caso quiere decir verificar si a usted le aumentó el número de glóbulos rojos.
-No me diga que es posible haceruna teoría de un solo número.
-Todavía no llegamos a ninguna teoría, estamos en el plano de la observación. En economía la lectura correcta pasa por averiguar si está disminuyendo la tasa de inflación, el desempleo y la pobreza o si está aumentando el PBI.
-¿Y después?
-Hay que poner el último número en contexto. Para lo cual los informes incluyen los datos anteriores, que permiten comparar lo que acaba de ocurrir con lo que estaba pasando, y además mirar los nuevos niveles de las variables. Frente a los dos análisis de sangre, el médico podría decir que el número de glóbulos rojos felizmente está aumentando, pero que todavía sigue bajo. O que la pobreza está disminuyendo, pero todavía sigue siendo alta.
-Poner la información en contextoes propio de los profesionales,más que de los periodistas.
-Los periodistas están más preparados para identificar una noticia que para ubicarla en contexto. Cuando en un noticiero de radio o TV alguien dice que "nunca hizo tanto frío como ahora", lo más probable es que no haya consultado un registro de temperaturas pasadas, sino que se olvidó de los fríos anteriores. El economista complementa la labor del periodista, ubicando la noticia en contexto histórico.
-Y también en la búsqueda de la explicación causal.
-La labor más difícil, porque como hay que ir de los efectos a las causas, y con frecuencia varias causas generan los mismos efectos, se plantea lo que en econometría se denomina problema de falta de identificación.
-Don Johann, muchas gracias.

viernes, 29 de diciembre de 2017

EL INDEC INFORMA


#DatoINDEC
¿Cómo se distribuyeron los ingresos entre la población en el tercer trimestre de 2017?

HISTORIA DE AMOR, DELICIAS Y LECTURA


Hay una forma de vida que va tomando todos nuestros sueños cuando los lugares geográficos comienzan a apoderarse de nuestros días. Eso me sucede en Uruguay, más precisamente en diferentes partes del departamento de Maldonado, que entre sierras y mar me han hecho sentir que conozco profundamente sus gestos, bosques nativos, fauna, lagunas, arroyos y playas, luego de cuarenta años de habitarlas.
Esta mañana, cuando me desperté, bajé a la playa a buscarte, caminé por los trillos de los corderos pasando las aguadas, el monte de coronillas y finalmente los membrillos y granados hasta que llegué a las dunas. Allí, entre los pastizales me crucé con una tortuga y una mulita. El mar estaba perfectamente calmo y azul. Los kilómetros de playa hasta el faro tenían palos y troncos de las últimas mareas tormentosas. La enorme laguna de Garzón con todos los ríos afluentes que bajan de las sierras desde la bahía Anastasio, formándola, estaba abierta al mar y un conjunto de gaviotas comían en la unión de aguas. Es en esos días de abertura cuando entran las corvinas a desovar y también los langostinos que tantas veces hacen delicias de mis planchas de fuegos.
Tenía colgando de la mochila un balde y en el recorrido de playa, con la ayuda de una palita, comencé a juntar berberechos. Blancos y brillantes comenzaron a llenar mi balde. Arrodillado en la arena con mi sombrero de sol sentía el agua salada ir y venir entre mis piernas. Después de unas horas el balde estaba lleno. Lavé los berberechos y dejé el balde con agua clara de mar para que se purgaran largando los últimos granos de arena. Serían otra vez una ofrenda para vos, para nuestro amor salobre y silencioso. Teníamos una cita a las doce, como siempre debajo de los médanos más altos. Allí comencé el campamento con la ayuda de unos varejones de eucalipto que guardaba dentro de los matorrales con otros tesoros como leña, una tabla de madera y una plancha de hierro fundido. Armé muy cerca del mar una enorme sombra con la lona negra y sus soguitas atadas a los palos clavados en hoyos en la arena para soportar más tarde la virazón. Las sogas, ya gastadas de tanto atar refugios de playa.
Sentado a la sombra hice un montículo con arena bien mojada a modo de pie para la enorme tabla cuadrada que haría de mesa de cocina y comedor. Puse dentro de una red atada a una piola gruesa una botella de albariño y la dejé entre las olas refrescándose. Comencé mis tareas de cocina picando mucho ajo y deshojando el ramo de perejil que venía envuelto en papel mojado para mantenerlo fresco.
Parte de la enorme alegría de verte en el verano es preparar este campamento de amor sombreado, y cuando llegás, siempre sorprendida por la acogida, tengo bajo la sombra un enorme espaldar cavado en la arena donde nos sentamos a leer y conversar. El menú era unos finísimos spaghetti al ajillo con berberechos. En un pozo encendí el fuego en una esquina del sombreado, y cuando llegaste envuelta en un pareo nos bañamos en el mar desnudos, barrenando las enormes olas que una y otra vez nos dejaban en la playa. Al regresar puse la cacerolita con agua de mar tapada sobre el fuego y la plancha a calentar, los berberechos escurridos fueron de una vez al hierro caliente mientras se cocinaba la pasta.
 Sobre el final agregue el ajo y el perejil para echarlos sobre la pasta dentro de la cacerola, un generoso chorro de aceite oliva terminó de dar gusto a nuestra delicia, que comimos juntos desde la misma cacerola, tomando vino y untando panes con el fondo de aceite, perejil y ajo.

Siempre dormimos una extensa siesta apenas tapados, nuestras bocas muy juntas, como si siempre lo hubieran estado, abrazados de piernas y brazos entre caracoles y batir de olas.

F. M.

CALENTAMIENTO GLOBAL


Los fenómenos extremos que el calentamiento global agravó
Influido por el cambio climático, el año pasado quedó marcado por ser el más caluroso del que se tenga registro, las sequías en África y otros desastres naturales
Cerca de la ciudad keniata de Dadaab, la sequía hace estragos.
 El clima extremo dejó su marca por todo el planeta en 2016, el año más caliente del que se tenga registro. El récord de calor horneó Asia y el Ártico. Las sequías azotaron Brasil y el sur de África. La Gran Barrera de Coral sufrió el peor blanqueamiento que se recuerde, lo cual provocó la muerte de una gran franja de coral.
En la actualidad, los climatólogos empiezan a entender cuáles de las calamidades del año pasado se pueden o no relacionar con el calentamiento global.
En una nueva serie de trabajos que se publicaron recientemente en el boletín de la Sociedad Meteorológica Norteamericana, investigadores de todo el mundo analizaron 27 eventos climáticos extremos de 2016 y encontraron que el cambio climático que provocó el hombre era un "motor significativo" en 21 de ellos. El esfuerzo es parte del creciente campo de la atribución del cambio climático, el cual explora las conexiones que hay entre el calentamiento y los eventos del clima que ya han tenido lugar.
Para juzgar si el calentamiento global aumentó la probabilidad de que ocurriera un evento climático extremo, los científicos suelen comparar datos del mundo real -de momentos en los que el aumento de los gases de efecto invernadero calentó el planeta durante el siglo pasado- con un mundo contrafactual modelado en el que no hay esas emisiones crecientes. Esta técnica ganó una aceptación generalizada entre los climatólogos en la última década. Estos cinco eventos climáticos de 2016, los científicos los atribuyen, principalmente, al calentamiento global.
1 Temperaturas récord en todo el mundo

El año pasado, la Tierra alcanzó las temperaturas más altas de las que se haya tenido registro, al romper las marcas de 2015 y 2014. Aunque esto refleja en parte la influencia de El Niño, un evento cíclico que ocurre en el océano Pacífico y puede elevar las temperaturas de la superficie terrestre, un nuevo estudio que encabezó Thomas Knutson, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés), concluyó que el calentamiento récord a nivel mundial "sólo era posible a causa del calentamiento sustancial que provocó el hombre durante un siglo".
Otros dos estudios también concluyeron que las temperaturas inusualmente elevadas en Asia y el Ártico en 2016 "no habrían sido posibles sin el cambio climático que causó el hombre".
Este tipo de aseveraciones son particulares: lo que suele suceder es que los científicos sólo llegan a decir que el calentamiento global propició la ocurrencia de un evento climático extremo. En estos casos, los investigadores climáticos fueron más allá al encontrar que este calor extremo no habría podido pasar en un mundo sin emisiones de gases por parte del hombre.

2 El blanqueamiento de la Gran Barrera de Coral
En los últimos dos años, el calentamiento inusual de las aguas en el Pacífico provocó que se blanquee la Gran Barrera de Coral (Australia), un fenómeno en el que el coral expulsa algas vitales de su tejido y toma un espectral aspecto blanco. Si persisten las temperaturas calientes del agua, muchos corales se pueden extinguir, lo cual tendría terribles consecuencias para los ecosistemas marinos que dependen de ellos.
En este caso, los científicos fueron más mesurados al no culpar totalmente al calentamiento global, en parte porque el impacto de El Niño fue difícil de esclarecer: un estudio que encabezó Sophie Lewis, de la Universidad Nacional Australiana, concluyó que las emisiones de gases de efecto invernadero que producen los humanos "probablemente hayan aumentado el riesgo del blanqueamiento extremo en la Gran Barrera de Coral" debido a la exposición al incremento térmico en el océano.
El estudio también advirtió que era probable que aumentaran los riesgos en el futuro.
3 Sequía en África
En los primeros meses de 2016, sequías intensas y olas de calor azotaron la mayor parte del sur de África y ocasionaron una escasez de comida y agua a nivel local que afectó a millones de personas.
A pesar de que este tipo de "sequías súbitas" se suelen asociar a El Niño, los científicos ahora afirman que el cambio climático también tiene un papel importante. Un estudio que encabezó Xing Yuan, de la Academia China de Ciencias, encontró que las sequías súbitas se habían triplicado en la región durante los últimos 60 años y que el cambio climático había sido "el principal responsable" de la tendencia.
Sin embargo, no se puede culpar al cambio climático de todas las sequías recientes. En un estudio diferente, los investigadores analizaron una sequía de cinco años en el nordeste de Brasil, pero "no pudieron hallar suficiente evidencia de que el cambio climático provocado por los humanos incrementara el riesgo de sequías".
4 Incendios forestales en América del Norte
En 2016, los incendios forestales quemaron cerca de 3,6 millones de hectáreas en territorios del oeste de Canadá y Estados Unidos, incluido un incendio que fue particularmente destructivo en Alberta, el cual generó evacuaciones masivas y destruyó 2400 hogares.
En este caso, lo más probable es que el cambio climático haya tenido un papel secundario.

Investigadores de la Universidad de Edimburgo encontraron que el calentamiento global había provocado que la probabilidad de "un déficit extremo de la presión del vapor" aumentara cinco veces durante los meses de verano en la región: una medición de los cambios en la humedad atmosférica que se asocia a la sequía de la vegetación y al riesgo de incendios forestales. No obstante, este hallazgo llegó con una advertencia: el aumento del riesgo de incendios que está relacionado con el cambio climático no corresponde a mayo, cuando se desató el incendio de Alberta.
5 La "mancha" cálida en el océano Pacífico
En los últimos años apareció una gran masa de agua caliente inusual en las costas de Alaska, a la cual se la conoce popularmente como "la mancha". Estas aguas cálidas permitieron que prolifere un alga tóxica en toda la región, la cual provocó la muerte de miles de aves marinas y forzó el cierre de muchas pescaderías locales.
Un nuevo estudio que encabezó John Walsh, experto de la Universidad de Alaska, mencionó que la mancha "no tenía precedentes" y argumentó que "no se podía explicar salvo por el calentamiento climático antropogénico", aunque los factores naturales como El Niño y la variabilidad atmosférica también tuvieron un papel importante.
El estudio también concluyó que era probable que se presentaran más de ese tipo de manchas si aumenta el calentamiento, lo cual "tendrá como resultado un cambio profundo en la gente, los sistemas y las especies".

B. P. y N. P

EL INDEC INFORMA

Industria y construcción


En noviembre de 2017, la actividad industrial y la de la construcción crecieron 3,5% y 21,6% interanual, respectivamente. ¿Cómo varió cada sector industrial?