martes, 27 de diciembre de 2016

CIENCIA, CIENTÍFICOS

Llegó el momento de elegir el descubrimiento científico del año
Otra vez es tiempo de balances, promesas y vaticinios, y de las interminables listas de fin de año. Y como en cada diciembre, es el momento de elegir al descubrimiento científico del año. No valen los premios Nobel, porque representan investigaciones hechas hace un buen rato, y acá se trata de lo que efectivamente ocurrió o se anunció en 2016.
Para ayudarnos, la revista Science trazó el mapa de lo que sus editores consideran los hallazgos de los últimos doce meses, para que los lectores voten por su favorito. Qué le vamos a hacer, los científicos se divierten así.
Al igual que en las últimas décadas, la lista incluye diversos experimentos de la biología, porque sí, es cierto que cada vez sabemos más sobre la vida misma, y nosotros en el medio. Y como los lectores se deben de estar mordiendo los codos para votar, acá van los candidatos:
Embriones humanos que se desarrollaron durante unas dos semanas en el laboratorio. Más allá de las cuestiones éticas que sin duda despierta, es un hallazgo importantísimo para entender el desarrollo embrionario.
Una noticia esperanzadora es que comenzaron las pruebas para una vacuna y otros fármacos contra la epidemia causada por el virus Zika.
¿De dónde venimos? De África, por supuesto, y según nuevos estudios genéticos, hace unos 50-60.000 años los humanos se fueron de paseo a colonizar el resto del mundo.
Dos de astronomía: por un lado, la posibilidad de que exista un planeta gigante en los confines del Sistema Solar, más allá de Neptuno, con el provisorio y misterioso nombre de planeta X. Y un poco más lejos, a unos 4 años luz (a ver, si la luz recorre 300.000 kilómetros en un segundo, en un año son unos 9.460.730.472.580 kilómetros y, en cuatro años., bueno, muchísimo), apareció un planetita del tamaño de la Tierra, orbitando la estrella Próxima Centauri a la distancia justa como para que la temperatura permita que haya agua. y, quizás, vida.
Resulta que se pueden transformar células madre (esas que no saben muy bien quiénes son y se pueden convertir en casi cualquier otra) en óvulos fértiles, al menos en ratones. No sólo eso: ¡a partir de esos óvulos fertilizados nacieron ratoncitos! ¿Una nueva era para los tratamientos en humanos? Y seguimos con células: cuando se limpian las que ya tienen mucho uso, los ratones se enfermaron menos y vivieron más. ¡Año nuevo, células nuevas!
Nuevos materiales: se crearon los metalenos, una especie de lente más delgada que una hoja de papel y mucho más liviana que el vidrio. Imaginen la de usos que se le van a dar.
¡Los monos pueden pensar en las creencias de otros monos! O, al menos, de científicos disfrazados de monos. Como sea, esta cuestión demuestra que los primates no humanos tienen teoría de la mente y son capaces de meterse en la cabeza de otro.

Cohetes reutilizables: las primeras etapas del Falcon 9 (de la empresa SpaceX) volvieron a la Tierra sanas y salvas, para volver a ser armadas y lanzadas al espacio.
Mayor jerarquía para los líquenes: si bien siempre los entendimos como una sociedad entre un hongo y un alga, resulta que los muy pícaros son un poco más promiscuos, y congregan a un alga y dos hongos diferentes que, se supone, la deben de estar pasando bastante bien.
Hay mucho más, claro: nuevos métodos para leer el ADN o el diseño de nuevas proteínas, entre tantos otros hallazgos.
Será cuestión de levantar apuestas en los laboratorios del barrio y en la mesa de Año Nuevo. Esta historia continuará.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.