martes, 18 de octubre de 2016

FACUNDO MANES Y LA POBREZA


La tapa de la influyente revista Newsweek de septiembre está dedicada a lo que se conoce actualmente desde la #neurociencia sobre el efecto de la pobreza en el #cerebro. Basta con leer el título para ver reflejado este drama: “Crecer en la pobreza no sólo cambia la manera en cómo se ve el mundo. Crecer en la pobreza cambia el cerebro”. 


Lo dijimos y lo seguiremos diciendo: una Nación basada en el #conocimiento tiene como prioridad proteger y estimular los cerebros en desarrollo de su comunidad. El cerebro, además de nutrirse, debe tener un estímulo afectivo y cognitivo y un contexto favorable. Crecer en la pobreza, además de impactar negativamente en el desarrollo de las personas, produce un "impuesto cognitivo" y atrapa a las personas en un círculo del cual es muy difícil salir: aquellos que no tienen garantizadas sus necesidades básicas cotidianas (o las de sus hijos), están obligados a pensar en el día a día y, en consecuencia, se ven más condicionados para enfocarse en el largo plazo. Es urgente generar la revolución del conocimiento que necesitamos para terminar con este drama humano que, a su vez constituye una hipoteca social y un crimen imperdonable.

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