viernes, 28 de octubre de 2016

EN EL "ESPACIO MENTE ABIERTA"; MARTÍN GONZALEZ ROZADA


MARTÍN GONZÁLEZ ROZADA 



Una medición alternativa de la pobreza en Argentina
El 23 de abril de 2014 el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de Argentina discontinuó la publicación de la medición de incidencia de pobreza e indigencia por ingresos monetarios. Ese día se debía publicar la medición correspondiente al segundo semestre de 2013 del porcentaje de hogares debajo de la línea de indigencia y de pobreza. El país no cuenta con estadísticas públicas sobre pobreza e indigencia.
La incidencia de la pobreza es un indicador social importante que afecta no solo a la percepción pública del bienestar en el país sino también a los programas y políticas publicas dirigidas hacia los hogares con ingresos familiares inadecuados para el consumo necesario de alimentos y otros bienes y servicios. La identificación de los hogares pobres y su vinculación con los programas de asistencia pública que proveen beneficios y servicios a las familias de bajos ingresos permite determinar, por ejemplo, si estos programas están alcanzando a las familias más necesitadas. La evolución en el tiempo del indicador no solo ayuda a proporcionar una imagen precisa de su tendencia sino que también permite su evaluación periódica para determinar si sigue cumpliendo con los fines previstos, identificar correctamente a los hogares pobres en la población, y si se puede mejorar.
Desafortunadamente, la reconstrucción de las estadísticas de incidencia de pobreza e indigencia por parte de la sociedad civil es bastante costosa. Para empezar se necesita de una valoración de la denominada canasta básica alimentaria, calculada según requerimientos calóricos, que define la línea de indigencia y la canasta básica total que define la línea de pobreza. El valor de estas canastas se determina actualizando mensualmente el valor de la canasta básica de alimentos del adulto equivalente, determinado en 1985, utilizando la variación de precios del IPC de la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires según la composición de la canasta. La extensión a otras regiones del país se hace a través de coeficientes fijos, para las diferentes canastas, basados en un estudio de paridades de poder de compra del consumidor realizado en el año 2001. Idealmente uno debiera contar con variaciones en los precios utilizados en la construcción del IPC para todo el país. El hecho es que la recolección de precios con representatividad nacional o la actualización de las paridades del poder de compra de los consumidores de las diferentes regiones del país es de casi imposible implementación desde la sociedad civil.
En lo que sigue se propone una estimación alternativa de la incidencia de la pobreza que se basa en los datos del INDEC de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) continua, la canasta básica del tercer trimestre de 2003 y el índice de salarios (IS) nivel general. La metodología es sencilla y consiste en deflactar los ingresos familiares de los hogares en la EPH de cada trimestre para llevarlos a ingresos del tercer trimestre de 2003 y luego comparar con la línea de pobreza de ese trimestre que toma en cuenta la tabla de equivalencias con el “adulto equivalente”.
La Figura 1 muestra la evolución de la tasa de incidencia de la pobreza para hogares desde el segundo semestre de 2003 hasta el segundo semestre de 2014 calculada a partir de la metodología descripta en el párrafo anterior.
Figura 1. Evolución de la Tasa de Incidencia


Fuente: estimaciones propias.
La diferencia entre el valor de la tasa de incidencia del segundo semestre de 2003 de la figura (38.1%) con los datos oficiales (36.5%) se debe a que el valor de la figura está calculado como promedio simple entre los valores de la tasa de incidencia del tercer y cuarto trimestre de 2003 mientras que el valor de la tasa de incidencia oficial está calculado con la base semestral de la EPH que tiene las ponderaciones adaptadas para que representen el total de la población en ese segundo semestre. Como se observa en la figura la tasa de incidencia ha disminuido a lo largo del tiempo hasta llegar al 18.2% en el primer semestre del 2013, momento a partir del cual ha comenzado a crecer llegando a casi 21% en el segundo semestre de 2014. Este 20.9% se corresponde aproximadamente con 1.7 millones de hogares donde viven alrededor de 7.6 millones de personas. Casi 70% de estos hogares pobres tiene un jefe con educación menos que secundaria completa. Alrededor del 15% de los hogares pobres están localizados en los partidos del Gran Buenos Aires. Un indicador alternativo que utilizan las agencias estadísticas internacionales para describir a los hogares pobres, y que no se basa en una canasta alimentaria, es el denominado índice de hogares en riesgo de pobreza y/o exclusión social (ERPE), que mide el porcentaje de hogares que no alcanza el 60% del ingreso familiar mediano equivalente. Este indicador estimado para el segundo semestre de 2014 da alrededor de 24% validando de algún modo el valor de 21% para la tasa de incidencia estimada para el mismo semestre.
La Figura 2 muestra la desagregación de la tasa de incidencia por aglomerado de la EPH en el segundo semestre de 2014. Como se observa en la figura existe una amplia variabilidad en el porcentaje de hogares debajo de la línea de pobreza. Santiago del Estero y Gran Resistencia tienen las tasas de incidencia de pobreza más altas de todo el país mientras que Río Gallegos, Ushuaia y la ciudad de Buenos Aires tienen las tasas más bajas.
Figura 2. Tasa de Incidencia de la Pobreza por Aglomerado (segundo semestre de 2014)


Fuente: estimaciones propias.
La estimación del porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza propuesta es muy fácil de calcular y, a falta de estadísticas oficiales, permite identificar y caracterizar a los hogares de menores ingresos a través de las diferentes unidades geográficas y a lo largo del tiempo.

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