miércoles, 27 de julio de 2016

GOOGLE; LOS ÚLTIMOS ENTRETELONES


Vinton Cerf es uno de los cuatros creadores de Internet y ocupa una de las vicepresidencias de Google. Además, trabaja con la NASA en la construcción de una red de información interplanetaria, y en el Consejo Nacional de Ciencia de su país, Estados Unidos. A sus 73 años participó de la reciente reunión de los Nobel de Física en Lindau, al sur de Alemania, como ganador del premio Turing de las ciencias de la computación, para dar una conferencia sobre la evolución de su invento.
-¿Cuáles son las tendencias del futuro de Internet?


-Lo primero: más wireless porque la gente contratará más velocidad. Lo segundo, el incremento del uso de la computación en Internet para proveer servicios a la gente. Tercero, la radiodifusión. Un satélite sincronizado puede alcanzar un tercio de la superficie del planeta y puede transmitir paquetes de datos para enviar la misma información a un gran número de receptores de manera muy eficiente.
-Con Google usted viaja por el mundo dando conferencias...
-Tres por semana. Parte de mi trabajo es que se construya Internet por todas partes. Toma tiempo convencer a los gobiernos de que reconozcan como buena la adopción de políticas que fomenten la inversión del sector de Internet o estimulen el mercado mediante la construcción de instalaciones como una red nacional de banda ancha. Mi trabajo también consiste en mantener abierta la red. Hay muchos lugares en los que quieren reprimir el acceso o el libre intercambio de información.
-¿Cuán útil es que reciban Internet pueblos que carecende buenas escuelas?
-Y de comida, agua, cloacas, vivienda... La información es casi siempre útil, especialmente cuando es local. En los campos de refugiados, la primera pregunta que hacen los que llegan es si hay Wi-Fi. La razón es que apenas tienen acceso a Internet acceden a todo tipo de información y se pueden comunicar con sus familias. Una gran ventaja de nuestra sociedad es que históricamente no teníamos la habilidad de conectarnos con quien tenía la solución a nuestros problemas, porque no teníamos ningún medio de comunicación o la comunicación era un libro en una biblioteca. De repente removimos todas las barreras para el intercambio de información. Está el desafío de saber si la información obtenida es buena o mala y de enseñar a pensar críticamente.
-Además usted trabaja en investigación de Google.
-Ahí he decidido enfrentar algunos problemas. El primero es la seguridad y privacidad de la Internet de las Cosas. La segunda es lo que yo llamo la prevención de la era oscura digital. En este momento en que usted está grabando la entrevista está creando un archivo digital que, si es interpretado correctamente por un software, puede producir sonido. Dentro de diez años habrá que ver si ese software sigue disponible. Ya tenemos la experiencia de emisiones que no están más disponibles porque el software ya no las sabe interpretar. Mi gran preocupación es que somos tan dependientes de crear objetos digitales que fallamos en reconocer el hecho de que la cosa que los hace utilizables puede que no exista más en el futuro.
-Por eso usted recomienda imprimir las fotos.
-Tenemos evidencias de que una foto impresa puede durar 150 años, pero no tenemos evidencias de que una foto digital pueda durar más de diez.
-¿Cuál es la solución?
-La más interesante es un proyecto de la Universidad Carnegie Mellon llamado Olive, que ha logrado emular todo el hardware en una máquina virtual e hizo correr todos los software y sistemas de aplicaciones desde los 80. Además acabamos de tener una reunión en el Archivo de Internet, en San Francisco, en la que se habló de crear un software para archivar la Web.
-¿Cuáles son los riesgos de la Internet de las Cosas?
-El más importante es que empezamos a confiar en que el software opere de manera correcta y segura sobre aparatos como la calefacción, el aire acondicionado o el acceso electrónico a la casa, o algo más importante en mi caso: mi bodega. Si hay fallas habrá consecuencias serias. Alguien podrá entrar a mi casa o la calefacción puede producir monóxido de carbono. Después, me preocupa la privacidad.
-¿Google sabe todo de nosotros?
-Si usted hace una búsqueda con nuestro buscador, también buscamos publicidades en las que puede estar interesado, pero no tiene por qué cliquear en ellas. Usted puede ver qué información ha sido captada sobre sus intereses y eliminarla. Nosotros no vendemos su información a nadie. Tenemos mucho trabajo para mantener encriptados sus mails, sus documentos. No los damos a las centrales de inteligencia.
-La Unión Europea acusa a Google de monopólica.
-Nadie está obligado a usar Google ni tenemos ningún mecanismo para que otros usen Google. Hay otros servicios disponibles.
-La industria editorial acusa a Google de abuso por publicar libros online.
-En los casos de los libros que fueron escaneados y ya no se imprimen más, hacemos accesible para la gente un contenido que de otra manera no encontrarían, y eso puede llevar a que las editoriales se den cuenta de que hay una demanda para reimprimirlo.
-¿Cómo va el desarrollo de autos con piloto automático por parte de Google?
-Hacer el software para que un auto funcione solo es muy difícil. Funciona bien si estás en un entorno soleado, sin lluvia ni nieve. Los autos tienen el problema de que no sólo debe pensarse en cómo manejarlo, sino que debe interactuar con los otros autos en la calle, en especial con los que están manejados por seres humanos, que son mucho menos predecibles que los pilotos automáticos. Los autos con piloto automático serán capaces de comunicarse entre sí y con el entorno, lo que hará más seguro el tránsito. Uno puede imaginarse los semáforos enviando a los autos información de que en diez segundos pasarán de verde a amarillo. Pero si hay que manejar entre autos con pilotos automáticos y humanos será más difícil. Una posibilidad es reservar cierta parte de las calles para autos automáticos.
-Los sensores deberán prever si un chico corre a la calle detrás de una pelota.
-"Si hay algo que se mueve en tu camino, no lo golpees", es el mensaje suficiente que debe tener el auto. Pero si la pelota va primero y después va el niño, entonces la pregunta es si el auto lo detectará a tiempo. La respuesta actual de los autos automáticos es más rápida que la nuestra. También es cierto que no se puede frenar un auto instantáneamente.


-¿Google tiene planes de invertir en la Argentina?
-No lo sé. En noviembre estuve en cinco países de América latina, incluida la Argentina, y nos encontramos con Macri. Estuvimos media hora con él. Quedé muy impresionado. No es usual hablar con jefes de Estado y que los términos técnicos le hagan sentido. Además tenía un muy buen equipo que entendía el valor de Internet y la utilidad de invertir en infraestructura. Sentí que la población estaba preparada para más capacidades técnicas, más oportunidades de usar servicios online y de software para elaborar productos y negocios. También vi un gran interés por proveer servicios que contengan información local útil.

-¿La creación de Internet prueba la importancia de la inversión estatal en innovación?
-Probablemente ninguna compañía habría invertido durante el tiempo que era necesario para demostrar que podía funcionar. El diseño fue hecho en 1973 y no lo compartimos con la comunidad académica y los militares hasta 1983. Para desarrollar la world wide web pasaron otros diez años. El apoyo del gobierno a la investigación básica a largo plazo es absolutamente fundamental. Es una obligación y una oportunidad.

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