lunes, 27 de junio de 2016

LAS NUEVAS FORMAS LABORALES



TEL AVIV.- Dicen quienes los conocen que se levantan cerca del mediodía y lo primero que hacen es ir al mar, con su tabla de surf o su perrito. Que después de nadar o hacer ejercicio desayunan en alguno de los cafés que sirven desayunos durante las 24 horas. Que recién entonces, frescos y alimentados, van a la oficina, donde se quedan hasta algo así como las 2 AM. Luego de pasar el día proyectando en sus computadoras, salen a la noche profunda para encontrarse con gente como ellos en alguno de los pubs que siguen abiertos en esta ciudad que no para nunca. Son los start-upers israelíes, jóvenes innovadores que dan forma a emprendimientos a partir de una idea y desarrollan un producto -generalmente digital- que no existía. Su trabajo es crear y desarrollar la idea, pero también conseguir inversores dispuestos a correr el riesgo de acompañar ese proyecto. Suelen vibrar con una obsesión: tener éxito y vender en algún momento su emprendimiento en miles de millones.
Un ejemplo es Waze, un GPS utilizado en celulares en todo el mundo, creado en Israel por uno de estos chicos ingeniosos y que en 2013 fue vendido a Google en US$ 1100 millones. Según The Wall Street Journal, Tel Aviv es el segundo mejor ecosistema del mundo para fomentar start-ups luego de Silicon Valley. El centro de esta actividad es el Boulevard Rothschild, la calle más cara de Israel y en la que hay que estar para ser visto, respetado y, sobre todo, conectarse con las empresas top. No deja de sorprender que Israel -que sigue sin resolver su disputa histórica con los palestinos- produzca tecnología de punta en Medio Oriente, una región de países desflecados por la pobreza, los conflictos tribales y escenarios de violencia que provocan miles de muertos, casi como si se tratara de una catástrofe natural.
Con 52 km cuadrados y 425.000 habitantes (el 30% tiene entre 18 y 35 años), las cifras oficiales dicen que en la ciudad hay unas 1000 start-ups en sus inicios, por lo que se deduce que hay un start-uper cada 431 habitantes. No parece casual: el 57,2% de la población tiene estudios terciarios o universitarios. Como conseguir sponsor no es fácil, la municipalidad decidió darles una mano a los chicos que surfean el Mediterráneo y el mundo de las ideas. Cada seis meses eligen unas 10 o 15 pymes y les ofrecen compartir una oficina amplia y confortable con vista al mar, café a gusto y wi-fi. Las condiciones son tres: que haya una idea, que se dediquen a ella full time y que el emprendimiento involucre a entre dos y cuatro personas. En rigor, aquí hay wi-fi gratis en todos lados. "Para nosotros, es como la electricidad", dice Mira Marcus, responsable de comunicación de la municipalidad, quien cuenta que los proyectos que eligen apoyar son principalmente los relacionados con el desarrollo urbano.

Hay un detalle significativo en materia de recursos humanos. En este país en donde la guerra no es un mal sueño, sino una realidad espasmódica, todos hacen el servicio militar; son dos años para las mujeres y dos años y ocho meses para los hombres. Muchos se forman en áreas muy requeridas por empresas high tech, que buscan reclutar a aquellos que integraron durante su servicio la Unidad 8200, cuyo trabajo es captar y descifrar señales de inteligencia y códigos. Entrenados para esa tarea sutil y de riesgo, si eligen no continuar en el ejército, a los 21 años cuentan con un entrenamiento único y la potencia de su edad, una combinación ideal para nuevos emprendimientos.
Roi Stimler es uno de los israelíes que pasaron por la Unidad 8200. Luego de ser representante de deportistas, a los 30 años creó una aplicación para que los jugadores puedan "venderse" ellos mismos. Se llama SportJobz y es una especie de Linkedin, base de datos en la cual ya se inscribieron más de 4000 deportistas de 97 países. El sitio se vende como "el lugar donde los jugadores encuentran a sus entrenadores". Cada vez que hay un contrato, SportJobz se queda con un 3%, contra el 15% que tradicionalmente cobran los representantes.
Cabello rubio corto, saco de rayas finitas y pulover verde, Roi es uno de los start-upers elegidos por la municipalidad y dice que aún necesita US$ 500.000 para dar vida al negocio. Todos los días sube hasta el piso 22, navega en su computadora, charla con colegas y toma café mientras espera al inversionista salvador. Cada tanto mira hacia el mar celeste, tan celeste como este cielo amenazado y protegido por la "Cúpula de hierro", el espectacular escudo antimisiles diseñado por Israel.

H. P. 

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