viernes, 20 de mayo de 2016

DR. GABRIEL RABINOVICH; TODO UN ORGULLO PARA NUESTRO PAÍS



Una novedad del campo científico origina un sentimiento de legítimo orgullo para el país: el doctor Gabriel Rabinovich, médico dedicado a la investigación, ha merecido una relevante distinción de jerarquía internacional al ser incorporado a la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos como reconocimiento a sus estudios y los descubrimientos alcanzados acerca de la galectina-1, proteína que cumple funciones ante procesos de carácter cancerígeno y en la regulación del sistema de inmunidad orgánico. La noticia le llegó al investigador argentino en su lugar de trabajo, el Instituto de Biología y Medicina Experimental, donde se ha concentrado en un proyecto para combatir tumores malignos mediante un anticuerpo monoclonal.

Paralelamente a esa labor de descubrimiento e innovación, tiene a su cargo tareas organizativas de un Simposio Internacional de sugestiva denominación: "Ganando la guerra contra el cáncer", que ha de tener lugar próximamente en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UBA. Gabriel Rabinovich, de 47 años, es uno de los miembros más jóvenes que se incorporan a la citada academia, como asociado extranjero.


La distinción acordada es el logro final tras un exigente examen realizado por siete comités, proceso cumplido en competencia con científicos de otros países mejor dotados de recursos materiales. La elección final del médico argentino fue por unanimidad en la citada academia, que cuenta con asociados extranjeros de 14 países. En ese conjunto de hombres de ciencia, 200 de ellos son premios Nobel, lo que permite estimar la importancia y el prestigio del premio otorgado. Es de señalar en esta ocasión que el mismo reconocimiento que recibió Rabinovich le fue acordado al investigador uruguayo Julio Fernández



El premio obtenido por nuestro compatriota, graduado en la Universidad Nacional de Córdoba, lo distingue como el séptimo miembro científico argentino incorporado a la academia estadounidense. Antes lo fueron el bioquímico Luis Leloir; el doctor Armando Parodi; Francisco de la Cruz, del Centro Atómico de Bariloche; Alberto Franch, biólogo de la Universidad Nacional de San Martín, la ecóloga Sandra Díaz, de la mencionada universidad cordobesa; el geólogo Víctor Ramos, de la UBA, y el biólogo molecular Alberto Kornbliht. Asimismo, nuestro actual premiado ha ganado la beca Guggenheim, los premios Bernardo Houssay y los que otorga Bunge y Born en dos ocasiones. Además, sus trabajos han merecido el reconocimiento de otras instituciones del país y extranjeras.
La galectina-1 era desconocida cuando cursó el doctorado y fueron los trabajos de investigación con su equipo de colaboradores, durante dos décadas, los que revelaron su presencia y función y, así también, por qué ciertos tumores son refractarios a las terapias que se aplican, lo cual ha motivado el interés de los laboratorios de productos medicinales.


"El premio es de todos, porque nuestro avance fue logrado totalmente en la Argentina", dijo Rabinovich. Los avances alcanzados permitieron también demostrar las implicancias de sus descubrimientos en otras enfermedades. Eso ha dado ocasión a promover la perspectiva de servirse de la gelactina-1 para alentar proyectos de inmunidad ante enfermedades degenerativas. Es justo reconocer los estudios de Rabinovich y su equipo, no sólo por el valor de lo ya logrado, sino por el panorama de promisorios futuros progresos.

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