viernes, 15 de abril de 2016

TECNOLOGÍA "GRAN HERMANO"


A simple vista, parece un estuche de tela azul marino como cualquier otro que sirva para guardar el celular o la billetera. "Su lona encerada exterior es naturalmente suave, durable y resistente al agua pero las fibras de tipo policial de adentro bloquean físicamente los RFID, GPS, wifi y señales de celular (13.56 MHz - 2.4 GHz) -se explica-. Este sobre lo hace a usted indetectable y le permite esquivar la red de vigilancia global y volverse invisible al Gran Hermano." El precio del anonimato: 40 dólares. El estuche que protege el celular de los hackers y los satélites es uno de los souvenirs que se venden en la tienda del nuevo Whitney de Nueva York, donde se exhibe Astro Noise, la escalofriante muestra de la cineasta Laura Poitras que lleva al museo una paranoia de época: creada para comunicar sin intermediarios a los hombres, hoy internet es la más fenomenal herramienta de vigilancia alguna vez imaginada. ¿Todo está bajo control?



En una sala del octavo piso, el público es invitado a acostarse sobre un camastro para ver proyectadas sobre el cielo raso las imágenes que el ejército estadounidense registra sin pausa de los cielos de Yemen, Somalia y Pakistán. Más allá, unas rendijas caladas en las paredes permiten espiar copias de los correos electrónicos secretos que develó el hacktivista Edward Snowden y, antes de eso, una pantalla de cine muestra las dos caras de la lucha contra el Eje del Mal: de un lado, las expresiones horrorizadas en primerísimo primer plano de los estadounidenses que visitaron la zona cero de Manhattan en los días posteriores al 11 de septiembre de 2001; del otro, las brutales entrevistas clandestinas filmadas en Irak a dos sospechosos que hoy están detenidos en Guantánamo. El contraste es abrumador.

Dedicada a reducir la compleja geopolítica contemporánea a una escala humana, Poitras indaga en las implicancias morales de la guerra contra el terror y del uso de internet para vigilar a los ciudadanos: el año pasado ganó un Oscar con su documental Citizenfour (en el que Snowden reveló los detalles de los programas gubernamentales de vigilancia a escala masiva; Astro Noise era el nombre en código que usó mientras preparaba la infiltración y así se llama la luz más antigua del universo, detectada en los 60 y única evidencia concluyente de la existencia del Big Bang). Ahora ella monta en el Whitney una instalación inmersiva donde uno puede ser espía y espiado, con el subtítulo Usted puede ver América desde aquí. Incluso a riesgo de develar un spoiler, puedo decir que al salir comprobé aquello que sospechaba mientras sentía unos ojos invisibles clavados en la nuca: mis movimientos, aun los más inocentes como espectador y los más triviales como turista, fueron registrados y hoy se almacenan en los discos rígidos de algún servidor protegido como un búnker de guerra.

La inmensa red de vigilancia trazada por los gobiernos y las corporaciones puede ser expresada en la atmósfera controlada de un museo y hacerse palpable para el visitante. A cada paso que doy, una cámara discreta me sigue mientras un monitor detecta cuáles son mis aparatos conectados a internet y los registra en una lista. Mi paranoia es sutilmente justificada cuando me convenzo, en la tienda del museo, de la conveniencia de comprar un portacelular que bloquee los satélites que monitorean mis movimientos y que engrosan los terabytes de información personal que se registran todos los días. Si durante siglos los creyentes miramos hacia arriba en la ciega búsqueda de una señal divina, hoy somos observados por una señal electrónica menos piadosa pero más exhaustiva. Al fin tenemos la certeza de que no estamos solos aquí abajo: es el cielo que nos mira.


Cinco instalaciones que integran la muestra Astro Noise

Anarchist

Los documentos develados por Edward Snowden, convertidos en piezas de arte abstracto, con pixeles que toman forma y colores que se saturan.


O'Say Can You See, lado A

Una gran pantalla exhibe en cámara lenta las expresiones espantadas de los estadounidenses que visitaron la zona cero después del 11S, con el himno de fondo.

O'Say Can You See, lado B

Las estremecedoras entrevistas a Said Boujaadia y Salim Hamdan, supuestos miembros de Al-Qaeda y hoy prisioneros de Guantánamo.

Bad Down Location

Imágenes de los cielos de países sospechosos como Yemen, Somalia y Pakistán, proyectadas en el cielo raso del museo: se puede ver a los drones cruzar las nubes.

Disposition Matrix

Documentos secretos y fotos de vigilancia que Laura Poitras dispone en rendijas caladas en las paredes del Museo Whitney: al final, todos somos espías.

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